Capítulo 7: El Señor Supremo de los Váteres.
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Naruto se estaba frotando el entrecejo intentando aliviar su migraña. Estos últimos meses habían sido realmente estresantes para el rubio y este día de hoy no estaba ayudando.
Cuando Artemisa había vuelto al día siguiente de que el clima se pusiera patas arriba, vino junto con Hestia, Hera y Hermes y Atenea para contarle lo sucedido al Veterano.
La situación no era mala como había pensado en un principio… era catastrófica.
Zeus se había puesto como un basilisco debido a la pérdida de su Símbolo de Poder, su Rayo Primario y había acusado de inmediato a su hermano Poseidón por el robo. Al parecer, tenía la estúpida idea de que el Dios del Mar quería replicar su arma en las forjas de la Atlántida para que sus ejércitos los usaran cuando decidiera derrocarlo de su trono.
Naruto iba a admitirlo, Zeus tenía una imaginación desbordada solo superada por su paranoia y estupidez.
A pesar de que Poseidón lo había negado más de 1 millón de veces Zeus seguía sin escuchar por lo que declaró que si no recuperaba su rayo antes del solsticio de verano, iba a declararle la guerra a su hermano. Básicamente, en el hipotético caso de que Poseidón 'REALMENTE' hubiera cometido el robo, Zeus les habría dado 6 meses a los mejores herreros de la Atlántida para replicar su arma miles de veces, dándole la victoria a Poseidón en bandeja de plata.
Pero claro, el Rey de los Dioses no parecía haber pensado en ello, solo tiró un berrinche y espero a que le devolvieran su juguete.
Lo peor era que una guerra abierta entre los dos hermanos también afectaría al mundo mortal, poniendo en peligro a toda la civilización humana… y con ella a los propios dioses.
Otra vez.
Pero esta no era la razón por la que estaba empezando a perder la paciencia.
"Estúpido viejo…el peor verano de mi vida."
Thalia estaba haciendo ahora mismo sus maletas maldiciendo por lo bajo, cosa que estaba empezando a cansar al Uzumaki.
"Quieres dejar de protestar, no hago esto para fastidiarte." Suspiró Naruto.
"Pues entonces por qué me has chafado mi plan de verano y me mandas con esas estrechas." Protestó la chica.
Naruto miró con fastidio a la chica que estaba a su cargo. "Te lo he dicho miles de veces. Tengo cosas que hacer y no puedo vigilarte continuamente. Estarás a salvo con Artemisa y sus cazadoras… así que deja de llamarlas estrechas." Encima que la Diosa de la Caza había aceptado hacerle este favor, Naruto no quería que le faltara al respeto a la niñas que veía como sus hijas.
"No necesito protección." Dijo seguro de sí misma.
"Generalmente estaría de acuerdo. Eres lo suficientemente fuerte como para enfrentarte a casi cualquier monstruo y salir ganando pero estamos hablando de Dioses. Incluso el más débil de ellos puede ser un reto para ti y no puedo estar pendiente de que no te secuestren las 24 horas del día. "dijo en un tono tajante.
Durante los últimos meses, Zeus también había mandado a varios Dioses tras su hija. Al parecer estaba convencido que la profecía también tenía algo que ver con él robo. Sin embargo, Naruto no estaba dispuesto a dejar que Thalia compadeciera frente a su padre en un estado de ánimo tan malo. No sabía lo que le haría y tampoco quería saberlo.
La chica gruño antes de guardar sus últimas camisetas dentro de su mochila y cerrarla. "Pero tenía que ser con ellas. La señora Artemisa es muy amable pero la mayoría de las cazadoras son unas perras." Clamó frustrada. Solo se había reunido con ellas una vez, y la mayoría le daban ganas de fundirles la cara con un rayo.
"Admito que algunas pueden ser difíciles pero hay otras que son más relajadas y agradables. ¿No te llevabas bien con Phoebe?" preguntó
"Si… bueno, tuvimos una charla más o menos agradable y fue sobretodo sobre ti." Admitió.
Naruto se encogió de hombros. "Phoebe quería mejorar sus habilidades como sanadora, yo solo la ayude con ello. Les ofrecí entrenamiento a las demás cazadoras de Artemisa pero casi todas se negaron."
Artemisa, hace años, le había preguntado si estaría de acuerdo en ayudar a sus cazadoras a familiarizarse mejor con sus poderes heredados cuando le vio entrenar a Luke, Thalia y Annabeth. La Diosa había visto a los 3 hacer hazañas que no había visto nunca en cualquier semidiós de su tipo y quiso saber si sus cazadoras serían capaces de hacer lo mismo. Solo para que la mayoría de la caza se negara en rotundo, afirmando que un 'hombre' no podría vencerlas ni en su mejor día, para gran frustración de su señora.
Al final, Artemisa decidió que sería mejor si Naruto les mostraba sus habilidades en un duelo. El Veterano se enfrentó por si solo a las 28 cazadoras.
Mejor no comentar la masacre y humillación absoluta por la que pasaron las pobres chicas.
Al final, incluso después de eso, las cazadoras se negaron a ser enseñadas por él… excepto 3 de ellas. Phoebe, hija de Apolo, Fiona, hija de Hecate y Laura, hija de Demeter. Parecía que, incluso perteneciendo a la Caza, no odiaban a todos los hombres sin razón y sabían dejar de lado su orgullo en aras de mejorar.
Después de varios años de tutela, consejos y entrenamiento, las 3 habían mejorado a tal punto que si el puesto de teniente de la Caza dependiera de la habilidad y la fuerza, Zoe Belladona habría sido degradada hace mucho tiempo.
"De todas formas solo será hasta que todo este problema del robo se solucione. Artemisa es una de las mejores luchadoras que tiene el Olimpo, incluso los Dioses más fuertes se lo pensaran dos veces antes de enfrentarse a ella." Era la única opción que había encontrado que no implicara dejar a sus invocaciones protegiéndola constantemente. Los animales convocados eran fuertes, pero la mayoría de ellos no podrían asumir a un Dios y los que sí podían tenían el tamaño de un rascacielos.
Finalmente, Thalia se rindió con sus protestas y asintió a regañadientes pero aun así quiso añadir otra cosa. "¿Al menos me vas proporcionar el transporte?"
Naruto levantó una ceja. "¿No tienes ya un contrato de invocación para eso?"
La chica punk se veía extremadamente incomoda. "Aun no estoy acostumbrada a volar."
Naruto soltó un suspiró cansado. Hace años les había dado a Luke y Thalia sus propios contratos de invocación. En el caso de Thalia le había dado el contrato del Clan Taka, básicamente, el Clan de las Águilas. El rubio sabía perfectamente del miedo que tenía la chica a las alturas pero había ayudado a la chica a lidiar mejor con miedo, aunque parecía ser que nunca se desharía por completo de su fobia.
"Está bien, de todas formas no tenía planeado enviarte sola." Declaró antes de hacer 3 sellos con su mano derecha y clavarla en el suelo.
Una explosión de humo inundó todo el jardín, cegando por completo a la chica. Cuando el humo se disipo y Thalia vio quien había sido convocado, la chica no pudo contener su sonrisa.
Era un gato. Un gato muy curioso, raro y único, pero un gato no obstante. Estando sentado media más de 4 metros de alto, su piel estaba recubierta de llamas azules con contornos negros y tenía ojos heterocromaticos sin iris, uno amarillo y el otro verde. Para completar la rareza, el felino parecía tener 2 colas que eran fácilmente tan largas como todo el tronco de su cuerpo.
"¡Matatabi!" grito la chica antes de saltarle al cuello del felino. A pesar de que sus brazos estaban envueltos en llamas, la chica no se quejaba de dolor, ni siquiera parecía estar quemándose.
Dicho felino empezó a reírse. Sí, reírse, su suave tono femenino resonando por todo el lugar. "Yo también me alegro de verte gatita." Dijo con una sonrisa.
Thalia se bajó del cuello de la gata y la miró expectante. "¿Eso quiere decir que vas a ir conmigo?" preguntó emocionada. La chica sabía que, al contrario que los animales convocados, la gata frente a ella no iba a desaparecer de un momento al otro. El proceso de invocación consistía en usar la energía divina (léase, chakra) para abrir una puerta entre dimensiones y permitirle a los animales convocados mantener su presencia en este mundo.
Pero Matatabi no era una invocación, era la Nibi no Bakeneko, una de los 9 Biju sellados dentro del cuerpo de Naruto pero que podían salir a su antojo siempre y cuando el rubio lo permitiera.
La gata sonrió de oreja a oreja. "¡Claro! Le dije a Naruto que si pasabas 3 semanas con esas estrechas ibas a acabar por matar a alguien."
Naruto suspiró. "Solo te pido que no antagonices a nadie." El rubio sabía perfectamente lo… impulsiva y exaltada que era la gata.
"O relájate Naruto, deberías echar un polvo de una maldita vez y dejar todo ese estrés acumulado fuera." Ronroneo la biju.
Cierto, impulsiva, exaltada Y pervertida.
Thalia se rio a carcajadas. "Esto va a ser legendario, Nightshade se va a subir por las paredes cuando la conozca."
La gata perdió de golpe su sonrisa. "¿Esa puta sigue en la Caza?" Dijo en un tono oscuro mientras rascaba sus garras contra el suelo.
De entre todas las chicas en la Caza, Zoe Nightshade era de lejos la más intolerante y violenta cuando se trataba de hombres. A la gata no le importaba lo que pensara, cada uno tenia derecho a tener sus opiniones…
Sin embargo Naruto estaba fuera de la línea.
Los 9 bijus se habían pasado 9 años encerrados y aprisionados siendo usados como baterías y armas de guerra en beneficio de las aldeas Shinobi y Naruto fue el que los había liberado de ese destino. A pesar de que ahora estaban sellados y atados al rubio, podían ir y salir a su antojo cuando quisieran. Naruto era alguien muy importante para Matatabi y sus hermanos…
… por eso cuando Zoe Nightshade había insulta y despreciado al rubio los 9 se habían enfurecido. Naruto había querido ayudarles a mejorar y esa patética niña débil y malcriada había escupido en su bondad. Matatabi en ese entonces había sido una de las primeras en salir del sello del Veterano e intentar matar a la pequeña perra. Por desgracia había fallado, Naruto se había apresurado a detener a la gata enfurecida y a sus hermanos pero al menos había inculcada a la pequeña teniente de Artemisa una importante lesión…
Nadie se metía con Naruto Uzumaki y salía impune por ello.
"Matatabi." Advirtió Naruto.
La gata resopló. "Relájate, no voy a matarla… no si sabe cuidar su puta boca." Dijo al final con una sonrisa homicida.
Naruto suspiró. "Ya no estoy tan seguro de que esto sea buena idea."
Matatabi se levantó y Thalia se subió a su espalda. "Tranquilo, nos portaremos bien."
"Pero no demasiado bien. ¡Ciao Nya!" grito Matatabi antes de salir disparada a través de los árboles y desaparecer.
El Veterano se quedó mirando el lugar por donde habían desaparecido las dos chicas en silencio. "Tendré que compensarle a Artemisa el dolor de cabeza que va a tener."
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Delante de un arco de piedra, las hojas de los árboles en el suelo se arremolinaron de golpe, formando un tornado y de golpe, se separaron mostrando la figura de cierto rubio.
Naruto iba vestido con una camiseta azul marino de manga larga y pantalones cargo del mismo color con vendas blancas atadas en los tobillos. En sus pies se encontraban unas sandalias shinobi de color azul y por encima de su camisa, llevaba una Haori blanco con varios kanji tejidos en la espalda de color rojo que formaban las palabras: Rokudaime Hokage. Aunque no podían ser vistos pues su espada Samehada estaba adherida en su espalda además de un rollo gigante atado a la parte baja de su espalda. El collar de oro que había recibido por su cumpleaños seguía también presente en su cuello.
Naruto se quitó unas cuantas hojas pegadas a su haori antes de cruzar el arco sobre el cual estaba escrito en griego: Campamento Mestizo.
El rubio camino por un sendero pasando por varias hileras de árboles hasta que vio un pino al final del camino. Cuando llego por fin al lado de dicho árbol, vio entonces que se encontraba en una colina que dejaba a la vista un valle.
Podia ver a lo lejos varias cabañas colocadas en forma de U, cada una de ellas diferente de la otra, varios edificios de estilo griego dispersados por todo el lugar, el más notable de ellos siendo una especie de coliseo. También se podía ver una cancha de Volleyball a los pies de la colina y un bosque a lo lejos. Podía ver a cientos de adolescentes circulando por todo el lugar además de algunos hombres con la mitad inferior de sus cuerpos siendo el de una cabra, mujeres llevando túnicas de color verde y marrón a juego con su pelo además de algunas mujeres con la piel azul.
Naruto sonrió al ver el lugar. "Hacia un año entero que no venía." Pensó con nostalgia. Luego miró hacia una casa moderna situada un poco más lejos de la cancha de Voleyball pasado el rio y se dirigió hacia allá. Era pasada la hora de la comida y sabía a quién iba a encontrar jugando a las cartas.
El rubio bajo por la colina y pasó delante de la cancha ignorando las miradas que le estaban dando, cruzo el rio y a medida que se acercaba, pudo reconocer la forma de cierto instructor barbudo sentado en su silla de ruedas y su compañero de copas vestido con su típica camisa de leopardo jugando a las cartas.
"Os veo en buena forma." Dijo llamando la atención de los dos hombres.
"Hola de nuevo Naruto." Saludo el hombre en silla de ruedas.
"¿Lo has traído?" preguntó el segundo hombre con un brillo emocionado en sus ojos violeta.
"Hola Quiron, yo también me alegro de verte Dionisio." Respondió, aunque el segundo saludo de forma sarcástica.
"Sí, sí, hola, ahora déjame ver mi esa preciosidad." Exigió el Dios del Vino.
Naruto soltó una risita mientras Quirón suspiraba. El rubio sacó un pequeño rollo y se lo lanzó a Dionisos mientras se sentaba en una silla. El hombre no tardó en desenrollarlo y colocar su mano encima de la matriz dibujada en él.
Una explosión de humo después, Dionisio tenia frente a él, un tarro que contenía dos litros enteros de un líquido purpura y una serpiente muerte.
Dionisio destapo el envase con entusiasmo y se sirvió una copa bajo la irada divertida de Naruto y la de reproche de Quirón.
"Sigo pensando que no debería."
"¡Oh relájate! Zeus le prohibió el alcohol durante un siglo pero esa bebida no es alcohólica." Contestó el rubio mientras veía suspirar feliz a su amigo después de beberse el vaso de un trago.
"Caos bendiga a los japoneses y sus inventos." Dijo el Dios mientras se servía otra copa.
Lo que estaba bebiendo Dionisio era técnicamente una bebida envenenada. El veneno de la serpiente en ella fermentaba con el jugo de uvas creando una bebida que tenía las mismas propiedades que las del alcohol. Existían varias formas y recetas para hacer esa bebida dependiendo de las frutas que se usaran y de la especie y propiedades del veneno de la serpiente.
"El señor Zeus se va a enfadar." Siguió diciendo Quirón mientras miraba el cielo.
Dionisio resopló. "Puede enfadarse todo lo que quiera pero no me puede prohibir beberme esto sin parecer sesgado e injusto, lo malo de ser el Dios de la Justicia y todo eso. ¡Vamos, vive un poco!" grito el Dios mientras convocaba 2 vasos vacíos y les servía una copa a ambos.
El entrenador de los héroes suspiro de nuevo pero acepto el vaso de buena gana mientras observaba a Dionisio y Naruto conversar mientras se reían a carcajadas. Quirón casi no podía creerse el cambio abrupto por el que había pasado el Dios del Vino en apenas 3 años.
Todo había empezado cuando Naruto había venido al campamento por primera vez acompañado por Annabeth, Thalia y Luke. Desde el primer momento en el que se habían encontrado habían estado en la garganta del otro, Dionisio pronunciando mal su nombre y Naruto bebiendo vino delante de sus narices para molestarle. Lo peor vino cuando el Dios del Vino intentó usar sus poderes para enloquecer al rubio… solo para fallar miserablemente y ganarse la burla desmedida del Veterano. Parecía que esos dos iban a matarse entre ellos en medio del campamento.
Hasta que una mañana, para su gran conmoción, había encontrado a Naruto y Dionisio hablando tranquilamente en esta misma mesa mientras bebían la bebida que había traído el rubio. Parecía ser que se habían pasado la noche discutiendo varios asuntos y Dionisio había cambiado su perspectiva desde entonces.
De alguna forma, Naruto le había convencido de que su 'castigo' también podría ser una bendición. ¿Después de todo, que otro Dios entre los Olímpicos podía decir con orgullo que había visto como crecían sus hijos semidioses? Dionisio no tenía muchos hijos, solo un par de gemelos llamados Cástor y Póllux pero estaba claro que se preocupaba profundamente por ellos. Generalmente, los dioses no podían pasar más que algunas horas al año con sus hijos mientras que Dionisio tenía 2 meses enteros para verlos durante el verano.
Era una oportunidad única en su existencia y el Dios no había sabido verlo hasta que hablo con el Veterano.
Desde entonces, el mal humor del hombre se había atenuado de forma significativa, es más, se le podía ver sonreír cada vez que pasaba el rato con sus hijos. Naruto incluso había logrado convencer a la madre de los gemelos que trajera a los niños los fines de semana durante el resto del año. Eso había marcado definitivamente el inicio de una buena relación entre los dos hombres.
Eso, y las juergas que se montaban junto a Hermes. Solo de pensar en las consecuencias de las borracheras que tenían esos 3 de vez en cuando le daban un dolor de cabeza tremendo.
La cabaña 11 incluso había sufrido una reforma completa debido a una de esas noches. De un día para el otro, la cabaña de Hermes había pasado de ser una construcción de una sola planta, a una puñetera mansión de 3 pisos con camas suficientes para acoger a más de 100 semidioses y con una sala de juegos en el sótano.
¡Lo que realmente le daba un dolor de cabeza al centauro era que, a pesar de la reforma masiva que había sufrido la cabaña, por fuera seguía siendo igual! De alguna manera, ese rubio problemático había conseguido meterse con las leyes de la física y el espacio/tiempo y Hermes o Dionisio no tenían ni idea de cómo lo había conseguido. La única razón por la que sabían que había sido él era porque la cabaña de Atenea había pasado por el mismo efecto, solo que en vez de una sala de juegos tenían una maldita biblioteca en el sótano y el tercer piso era una condenada sala de guerra que también hacia oficio de arsenal.
Quirón se froto el entrecejo solo de recordarlo y decidió que debía alejarse de esos pensamientos. "¿Bueno Naruto, como es que este año Thalia no ha venido?"
Naruto y Dionisio detuvieron su conversación y el rubio frunció el ceño. "¿Realmente crees que la traería aquí con todo el follón que se ha montado?"
Dionisio resoplo. "Padre a estado clamando por su presencia desde que su rayo desapareció. No sé si piensa que la chica ha tenido algo que ver pero no creo que sea recomendable traerla en su presencia. Los semidioses y mortales suelen ser muy frágiles frente a nuestra ira." Afirmó. Solo hacía falta ver cómo fue su propio nacimiento. Era apenas un feto cuando su madre murió debido a un descuido de su padre, Zeus había mostrado su verdadera forma frente a ella y acabo reducida a cenizas. Siendo un feto apenas formado, tuvo que pasarse 3 meses dentro del muslo de su padre para acabar de crecer.
No fue una experiencia agradable… incluso si no podía acordarse.
"Naruto, no es sabio incurrir en la ira del Rey ni contradecirle." Advirtió Quirón.
Naruto resopló. "Por favor, le temo más a Hera, Artemisa y mi madre que a ese bebe grande." Declaró. Pero entonces, se empezaron a oír los sonidos de truenos a lo lejos, a pesar de que no había una sola nube en el cielo, un signo claro de que Zeus lo había oído. Naruto frunció el ceño y se levantó mientras tomaba aire antes de gritar. "¡¿Tengo que chivarme a tu mujer donde guardas tu colección Icha Icha?!"
La reacción no se hizo esperar, los truenos cesaron de golpe dejando un silencio ensordecedor. Dionisio no pudo evitarlo, estalló a carcajadas mientras Quirón seguía intentando procesar lo que acababa de pasar.
"¡Adoro a este hombre! ¡Jajajaja!" declaró el Dios del Vino mientras seguía riéndose a pleno pulmón.
Naruto miró a los dos hombres con una sonrisa. "En fin, tengo cosas que hacer. ¿Luke está en su cabaña?"
La pregunta pareció sacar al centauro de su estupor. "Sí, la cabaña 11 tiene la hora libre. Tus hermanos también por lo que deben estar en su cabaña."
Naruto asintió. "Bueno, nos vemos luego entonces." Saludó antes de irse.
Dionisio por fin logro recuperarse y miró como el rubio se alejaba. "Nunca tenemos un día aburrido con él."
"Por desgracia." Murmuró Quirón.
Naruto caminó por el sendero que llevaba hacia las cabañas mientras saludaba a los semidioses que se cruzaba y que lograba reconocer. Ignoró sabiamente a todos los sátiros, ninfas y dríades que lo estaban mirando con ojos hambrientos y aceleró el paso con rapidez. Aun no había olvidado lo que paso con ellos y no creía que podría olvidarlo nunca.
Cuando llegó por fin a su destino, se puso en el centro de la zona residencial del campamento. Frente a él se encontraban las 12 caninas consagradas a los Dioses que formaban el consejo Olímpico y en las que habitaban sus hijos. Las cabañas estaban numeradas, los números pares para las Diosas, colocadas a la izquierda y los números impares para los Dioses, situadas a la derecha. Estaban colocadas de forma ordenada en forma de 'U', cada una de ellas era única y reflejaba en algunos aspectos las características o dominios de sus padres.
Naruto se dirigió hacia la cabaña 11, que por fuera parecía ser una especie de gimnasio que había sido transformado en enfermería. Podía parecer cutre y simple por fuera pero por dentro era una historia diferente. Una vez que el hombre cruzo el umbral la cabaña parecía mucho más grande.
El interior era gigantesco, 4 sofás estaban colocados en el centro los unos frente a los otros delante de una mesa baja de café. Había 2 pares de escaleras a cada lado de la habitación que llevaban a los pisos superiores, 2 meses justo al lado de las escaleras de la derecha donde se podía ver una cafetera y una máquina de zumos. Finalmente, al fondo de la sala, se podían ver las barras de unas escaleras que iban hacia abajo.
Había varios semidioses charlando en los sofás o bajando y subiendo por las escaleras pero hubo dos que fueron los primeros en notar su presencia. "¡Naruto! / ¡Naruto!"
Naruto soltó una risa cuando dos adolescentes saltaron frente a él. Ambos eran exactamente iguales, con el pelo negro corto y ojos azules con unas sonrisas de oreja a oreja en sus rostros.
"¿Travis, Connor, que tal estáis?" preguntó.
"Muy bien mentor."
"Trabajando constantemente para vengarnos de nuestro hermano mayor."
Naruto soltó otra risa divertida. Hasta que llegó Luke, ambos habían sido los Co-líderes de la Cabaña 11. Sin embargo, Luke los había desafiado por la posición y ambos habían perdido el enfrentamiento.
¿De qué se trataba? De una guerra de bromas. Los gemelos eran buenos en su propio derecho pero Luke lo había observado planificar sus bromas en contra de Zeus durante 2 años y medio y el chico había prendido mucho. La diferencia de nivel era demasiada para que los gemelos Stools pudieran estar a la altura.
"¿Habéis visto a Luke?" preguntó Naruto.
"Abajo, echándole mano al billa."
"Y perdiendo en el intento."
Naruto asintió y se despidió de ambos antes de dirigirse hacia las escaleras. Cuando bajo hacia la sala de juegos, se encontró con que la mayoría de los semidioses de la cabaña se encontraban aquí. Eso, y muchos otros semidioses de las otras cabañas que habían venido a divertirse. Había juegos de árcade por todas partes, futbolines y un billar en medio de la habitación.
Junto al billar distinguió fácilmente al chico. Con sus ahora 17 años tenía el mismo pelo corto de color rubio sucio que hace años, solo que ahora era mucho más alto, superándolo en tamaño por unos pocos centímetros. Estaba vestido con tejanos azules y una camiseta naranja del campamento mestizo.
Luke estaba con el taco intentando decidirse que bola golpear mientras era observado por otras tres personas. Un chico y dos chicas.
El chico en cuestión era afroamericano. Tenía el pelo corto y la mandíbula cuadrada además de un físico muy muscular, fácilmente superando en tamaño a cualquier otra persona en la habitación. Estaba vestido con la misma camiseta que Luke aunque parecía un poco sucia yse podía ver un poco de ceniza en las mejillas del chico.
Estaba con el brazo envuelto alrededor de una chica rubia de ojos azules. Dicha chica era lo que se podría llamar fácilmente una preciosidad, casi en la misma liga que una Diosa. Llevaba también una camiseta del campamento mestizo y unos tejanos cortos que le llegaban hasta los muslos y parecía apoyarse felizmente contra su novio.
La última chica tenía el pelo marrón, corto hasta los hombros y unas proporciones bastante consistentes. Mientras la chica rubia era todo curvas con una ligera capa de musculo, esta chica en concreto era pura fibra vestida con la camiseta del campamento mestizo, pantalones cargo verdes caqui y una sonrisa de oreja a oreja plasmada en la cara.
"Vas a fallar." Dijo la pelimarron.
"Cállate." Contestó Luke mientras intentaba apuntar la bola negra con un ocho hacia el agujero de la esquina.
"¡Vamos Luke!" gritó el afroamericano.
"¿No deberías estar apoyando al equipo de tu novia tu novia?" protestó la rubia con un puchero.
"No cuando estamos en equipos opuestos." Contesto el chico con una sonrisa.
A la chica no le sentó bien la respuesta pero entonces sonrió sugestivamente y se abrazó al chico, presionando sus prominentes activos contra su torso. "¿En serio? Ten en cuenta que tu apoyo obtendrá ciertas recompensas."
El chico de piel curtida se quedó mirando a su novia en blanco unos segundos antes de gritar. "¡Luke, estas solo en esto!"
"¡Traidor!" grito justo cuando golpeo la bola, desviándola por completo de su curso y fallando su tiro. "¡Mierda Charls!"
"¡Vamos! ¡Tiempo de chicas!" grito la chica de pelo marrón mientras se avanzaba a la mesa de billar.
Luke se apartó de la mesa y se acercó a la pareja. "¿Silena, podrías dejar de enredar a tu novio en mi contra?" Protesto el hijo de Hermes. La chica le saco la lengua. "Tsk, hija de Afrodita tenías que ser." Murmuró.
"¡Callaos, que no puedo concentrarme!" gritó la pelimarrón.
"¡Vamos Clarisse!" animó Silena.
La chica se concentró unos segundos antes de golpear la pelota blanca que, golpeando una esquina, salió directa hacia la pelota negra empujándola hacia el hoyo ganador. Clarisse entonces levantó las manos en alto y grito. "¡Las chicas ganan!" y pronto fue acompañada por Silena gritado junto a su amiga, Luke suspiro con fastidio mientras Charles se reía de buena gana.
Unos aplausos llamaron la atención de los 4 adolescentes y fue entonces cuando se dieron cuenta de la presencia del rubio. "Veo que os lo estáis pasando bien."
"¡Naruto!"
"¡¿Qué pasa jefe?!"
"Hola Naruto."
"Es bueno verte de nuevo sensei."
Esas fueran las respuestas que recibió el rubio. Naruto había estado entrenando a Luke desde hace años y era normal que se conocieran, sin embargo, Clarisse, Silena y Charles eran lo que se podría llamar sus alumnos.
Cuando había venido por primera vez hace 3 años, se había quedado una semana entera para poder no solo conocer el campamento sino también para conocer a sus hermanos menores. Había consagrado la mayor parte del tiempo para este último propósito, sin embargo, también había prestado atención a otros semidioses en busca de potencial. Esos 3 fueron los que más le llamaron la atención.
El primero de ellos había sido Charles $ $, hijo de Hefestos y jefe de la cabaña 11. De entre todos sus hermanos no solo era el mejor herrero, también era el más fuerte físicamente y el que tenía las mayores reservas de chakra de todo el campamento. Razón por la que se había interesado en él.
Charles favorecía la masa como arma principal y no parecía que tuviera un estilo definido, cosa que decepciono al rubio pues vio potencial en el chico. 3 años bajo su entrenamiento y varias visitas a su casa habían convertido al chico en un auténtico monstruo capaz de igualar e incluso superar a Thalia en términos de potencia de fuego.
Si, fuego. Hefesto no era solo el Dios de los Hereros y Artesanos, sus dominios también incluian el Fuego y los Volcanes y había enseñado a Charlus a sacar el máximo partido a dichos dominios.
La próxima que se unió al redil fue Clarisse al año siguiente. En realidad había pillado a la chica intentando meter la cabeza a Annabeth en la taza de un váter, cosa que no le gusto e hizo muy claro su desagrado… cambiando los roles. Una hora más tarde, una muy mojada Clarisses le había retado a un duelo en la arena junto con sus hermanos.
No hace falta describir como acabó.
Pero lo sorprendente fue que, al contrario que los demás hijos de Ares, Clarisse se tragó su orgullo y le pidió que la entrenara. 2 años después, la chica era la líder de la cabaña 5 y ninguno de sus hermanos se había atrevido a retarla por la posición.
Unos días después de aquello, Charles había venido para pedirle un favor, le pidió si una chica podía unirse a sus sesiones de entrenamiento. Naruto no había ni negado ni aceptado, queriendo saber primero quien era la chica en cuestión. Desde luego, fue un shock cuando el chico afroamericano le presento a Silena, de todas las personas en el campamento, jamás se imaginó que una hija de Afrodita iba a querer entrenar con él, sobre todo por la reputación que tenía.
Naruto era conocido como un esclavista despiadado y cruel a tal punto que nadie se atrevía a entrenar bajo su ala excepto Luke, Thalia, Annabeth y Charles, con la más reciente adicción al grupo siendo Clarisse.
El rubio se había mostrado escéptico en un principio, no estaba seguro de que la chica podría soportar sus métodos de entrenamiento. Fue una sorpresa muy bien recibida cuando la chica entrenó sin quejarse ni una sola vez. Incluso la había ayudado a controlar sus poderes innatos tales como cambiar ligeramente su físico y su embrujahabla.
De la misma forma en la que Annabeth, Luke y Thalia funcionaban como una unidad, Clarisse, Silena y Charles tenían un trabajo en equipo de primera categoría siendo Charles el tanque de primera línea, Clarisse la combatiente versátil y Silena la especialista detrás de la línea.
El único punto molesto era la forma en la que se referían a él. Charlus, desde que lo acepto como alumno lo había llamado 'sensei' , Clarisse desde que la derrotó no paraba de llamarlo 'Jefe' y Silena, a pesar de ser la única que lo llamaba por su nombre, era excesivamente formal con él.
"¿Entonces, que ha pasado con Thalia?" preguntó Luke preocupado.
El rubio con bigotes sonrió. "Relájate, la mande hace 2 horas con Matatabi como escolta. Si alguien intenta tocarla va a conocer rápidamente la definición grafica de una gata cabreada."
"¿Crees que realmente era una buena idea mandarla con Lady Artemisa?" preguntó Silena preocupada.
"Artemisa puede ser una hija obediente cuando es necesario pero también sabe anteponer sus deberes a los caprichos de su padre." Explicó tranquilizando a la chica. "Zeus no se atreverá a pedirle a mi madre que actué pues yo soy su hijo y Hermes puede mentir fácilmente afirmando que ha hecho todo lo posible para recuperarla. Los únicos que realmente suponen una amenaza son Ares y Apolo. Ninguno de ellos pondrá un pie en el campamento de la Caza por miedo a ser acribillados de flechas y aun si consiguieran pasar por encima de las cazadoras y Artemisa, Matatabi estará con ella en todo momento. La última vez que lo comprobé ninguno de ellos era inmune al fuego." Dijo con una sonrisa torcida.
Los 4 se vieron visiblemente aliviados, sin embargo Clarisse se preocupó un poco por su padre, solo esperaba que no se tomaría muy en serio su encargo y encontraría otra cosa para distraerse.
"¿Bueno sensei cuál es tu plan? ¿Vas a quedarte una semana entera como siempre?" preguntó Charles.
Naruto asintió. "Sí, o sea que espero veros al medio día de mañana en la arena para un entrenamiento intenso." Clarisse sonrió de oreja a oreja mientras que Silena y Charles se vieron bastante nerviosos. Luego el rubio miró al hijo de Hermés. "¿Sabéis si Annabeth está en su cabaña?"
Luke se encogió de hombros. "La verdad es que vino hace una hora para presentarnos a un nuevo campista indeterminado, debe estar aun enseñándole el campamento." Explicó.
"Bueno, no tengo nada mejor que hacer así que iré a buscarla." Dijo antes de darse la vuelta. Luke y Clarisse miraron de reojo a la pareja que parecía cada vez más acaramelada y, no queriendo encontrarse en medio de ellos, decidieron seguir al rubio.
Los 3 se dirigieron hacia la parte oriental del campamento buscando una cabellera rubia rizada y, por lo que había dicho Clarisse un tapón de pelo negro con ojos verdes.
Aprovechando la relativa calma, y después de que Naruto comprobara que no había nadie prestándoles atención o espiándolos, el Veterano decidió discutir la tarea que les había encargado.
"¿Algún sospechoso?" preguntó con seriedad.
Luke suspiro y Clarisse hizo una mueca. "Nada, no hemos encontrado a nadie rompiendo el toque de queda o instigando un levantamiento en el campamento. ¿Estás seguro de que alguien quiere ponernos en contra de nuestros padres?" preguntó la chica poco convencida.
Antes de que Naruto pudiera contestarle, Luke se le adelantó. "Créetelo Clarisse, me pase la mayor parte de mi vida poseído por un fantasma que quería lavarme el celebro para matar a mi propio padre. Si no fuera por Naruto…" el chico instintivamente puso su mano en el centro de su pecho y cerró la mano en un puño.
"Vale, vale, no he dicho nada, es solo que me pone de los nervios saber que alguien nos la quiere meter por detrás y no sepamos quien es." Se apresuró a decir la chica.
Naruto miró de reojo al hijo de Hermes. "¿Has estado practicando?" preguntó.
El chico se sorprendió por un momento pero agradeció el cambio de tema. "Si, cada vez me resulta más fácil recoger la energía natural y puedo aguantar unos segundos en esa forma." Explicó con una sonrisa orgullosa.
Naruto le devolvió la sonrisa y asintió. "Bien, cuando empieces tu entrenamiento lo tendrás más fácil para convertirte en sabio." Dijo complacido. Con la afinidad de Luke con la naturaleza podía recoger pequeñas cantidades de energía natural y añadirlas en su propio cuerpo obteniendo un impulso de energía y poder, aunque no durara mucho tiempo. También tuvo el efecto pasivo de blindar la psique del chico y hacerlo menos susceptible a las emociones y energías externas.
Clarisse frunció el ceño. "¿No podéis… no sé, percibirlas malas intenciones o algo así? Podríamos basarnos en eso para encontrar al culpable."
Naruto negó. "Mi capacidad empática no proviene de mis poderes como sabio, sino de mi estado como Jinchuriki. Técnicamente, si un sabio es lo suficientemente hábil y sensible, puede percibir el estado de ánimo general de una persona. Pero Luke está muy lejos de ese punto y yo no puedo basarme solo en las emociones para encontrar al culpable, dependiendo del padre divino que tenga cada semidiós, mi capacidad de detección puede ser engañada." Explicó mientras miraba a Clarisse de reojo.
A pesar de que el lenguaje corporal de la chica no delataba motivos ocultos, podía sentir continuamente la sed de sangre y algunos sentimientos negativos proviniendo de la chica. Sin embargo, aun así Naruto confiaba en Clarisse y sabía que preferiría cortarse las venas antes que traicionar a sus camaradas. La razón por la que la chica desprendía esos sentimientos era debido a su condición como hija de Ares. El Dios de la Guerra desprendía un aura que incitaba la violencia y malos sentimientos, todos sus hijos habían heredado ese poder en menor o mayor grado por lo que su capacidad empática se volvía completamente inútil frente a ellos.
"Así que estamos en un callejón sin salida." Suspiró Luke.
Naruto asintió. "De momento, sí. Solo podemos esperar a que los sucesos se desarrollen rápidamente e intentar sacar ventaja en el momento indicado sobre la marcha."
Clarisse gruño. "¡Odio sentirme inútil! ¡¿Al menos podría pasar algo interesante para cambiar para variar?!"
*BAMB*
Los 3 semidioses miraron hacia la derecha de golpe y vieron na torre de agua despegando hacia el cielo como un geiser, antes de dispersarse y volver a caer hacia el suelo como si fuera lluvia.
El pequeño grupo se quedó en silencio durante unos segundos hasta que Luke miró a Clarisse con cara de palo. "¿Conoces ese proverbio que dice: ten cuidado con lo que deseas?"
La chica se sonrojo como un tomate. "¡Cierra el pico!" gritó.
Naruto ignoró las bromas de sus dos acompañantes y se dirigió a paso ligero hacia el lugar donde había salido el geiser, pronto seguido por los otros 2 adolescentes.
Cuando llegaron al lugar del incidente, una pequeña multitud de espectadores se había reunido frente a uno de los muchos baños desperdigados por el campamento. El agua seguía escurriéndose por las ventanas, el techo y la puerta de entrada. En un enorme charco de agua se encontraban tirados varios semidioses que, por su parecido físico, reconoció como los hermanos de Clarisse y a pocos metros, de pie en la única parcela seca del lugar, se encontraba un niño de 12 años mirando toda la escena con incredulidad.
El niño iba vestido con una camiseta verde y tejanos azules, tenía el pelo corto negro y los ojos verdes. A primera vista, el chico parecía completamente normal (para un semidiós) sin embargo, el rubio noto un pequeño detalle bastante interesante.
"Está seco." Pensó frunciendo el ceño. El suelo a 50 metros desde el baño estaba completamente inundado y el chico no tenía ni una sola gota sobre él. "¿Habrá sido él?" El rubio se fijó entonces como una rubia salía del baño con el pelo y la ropa completamente empapados. El ceño fruncido del hombre se profundizo aún más cuando reconoció a la chica. "Como alguien se allá metido con Annie va a correr sangre."
"Estas muerto chico nuevo. ¡Jodida y soberanamente MUERTO!" gritó uno de los chicos mientras se levantaba.
"¿Quieres volver a hacer gárgaras con el agua del váter, Mark? Cierra el pico." replicó el chico nuevo. El hijo de Ares estuvo a punto de saltarle encima pero fue contenido por sus hermanos que se lo llevaron a rastras fuera del lugar. Todos se quedaron mirando a los hijos de Ares mientras se alejaban hasta que el chico de ojos verdes se giró para mirar a Annabeth y empezaron a hablar de nuevo.
Naruto por su parte se quedo mirando al 'chico nuevo' con cara de palo mientras su frotaba el entrecejo, intentando aliviar el dolor de cabeza que se le venia. "Un semidiós con afinidad muy alta por el agua. Bien, Tritón no puede haber sido, no le interesan los mortales por lo que solo deja a Poseidon y Anfitrite... a menos que sea un semititan pero dudo mucho que Oceanos o Tetis se hayan sido infieles, Hera siempre ha descrito su matrimonio como ejemplar." pensó mientras suspiraba. "Una de dos, o he encontrado al semidiós de la profecía y Zeus va a querer matarlo o he encontrado a un hijo de Anfitrite y Poseidon querrá matarlo... pobre chico."
"¿Naruto, estas bien?" el rubio miró hacia su lado y vio que Luke lo estaba mirando preocupado. Clarisse no dijo nada, estaba demasiado ocupada echándole el mal de ojo al chico nuevo.
"Sí, estoy bien. Es solo que voy a tener que hacerle una llamada a cierta cazadora y se va a pillar un cabreo monumental." explicó, para gran confusión de ambos adolescentes. Lo que ambos no sabían era que Artemisa había estado buscando durante meses con la ayuda de sus lobos algún rastro que confirmara la existencia de otro hijo o hija de los 3 grandes sin éxito... solo para que dicho individuo apareciera de la nada en el campamento mestizo. "Si la conozco bien se va a tomar esto como algo muy personal." pensó con cansancio.
¿En serio, por que los problemas tenían que amontonarse?
XENDX

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