La quietud del onsen de la familia Katsuki no se vio afectada cuando el líder de Iwatobi, Makoto Tachibana y el patinador, Yuri Plisetski llegaron a las puertas de las aguas termales donde no tardaron en ser recibidos por la dueña de este.
-Si necesitan algo más no duden en pedirlo- fue lo que la mujer más baja dijo a los dos varones antes de dejarlos entrar a gusto a las enormes extensiones de agua cálida que estaban delante de ellos, Yurio aun no se acostumbraba a ese lugar pero por alguna razón con este chico era entretenido no se sentía como si estuviese con un desconocido aunque así lo fuera no conocía para nada al más alto.
Y tampoco es como si tuviese interés en conocerlo.
-Yuri... ¿Plisetski?- irrumpió Makoto el silencio que se había formado entre ambos chicos.
El mencionado abrió ligeramente los ojos luego de escucharlo, apenas asintió cuando notó el sonriente rostro del contrario.
-Soy Tachibana Makoto, es un placer- sin dejar de sonreír Makoto inclino ligeramente su cabeza, Yurio alcanzo a reaccionar hizo lo mismo luego de unos cuantos segundos, el ambiente una vez más se volvió tranquilo y callado bastante para que los dos disfrutaran de la comodidad y calidez que las aguas termales les brindaban, la grata sensación del agua caliente en sus cuerpos haciendo que se aclimataran luego de caminar hasta el hotel con las ropas completamente empapadas un buen merecido baño era lo que necesitaban.
Yurio suspiro y se dejo cubrir más por el agua hasta que solo su rostro estaba descubierto, ni siquiera se percato de cuando cerró sus ojos por completo y se dejo ganar por un relajante sueño, no prestó atención tampoco a un pequeño grito que clamaba su nombre.
[...]
"Mi pequeño gatito, duerme tranquilo en tu esponjosa cama~"
La angelical voz de su madre hablando conforme sus cabellos eran acariciados significaba todo para el pequeño Yuri, dormitar en las piernas de su progenitora, ser arrullado por una no tan entonada canción de cuna era lo que necesitaba, una vez más era ese chiquillo de 6 años que en cada final de clases no contaba los minutos para ir a casa con ella.
Con su adorado ángel de cabellos rubios, al cual llamaba...
-Mamá...- susurro el rubio, con los ojos semi abiertos extendió sus brazos hacía la figura maternal que se mostraba delante de él, era su querida madre no había duda alguna, podía reconocerla al instante, podía reconocer enseguida el el tacto, olor, calidez, todo; todo lo que su madre era.
Yurio se abrazo de su cuello como en cada despertar, esperaba ser levantado en brazos como siempre pero no fue así.
-P-Plisetski-san...
Su madre por nada del mundo le llamaría por su apellido, ella no rechazaría un abrazo; sintió que el cuerpo que abrazaba comenzaba a temblar, tuvo miedo de apartarse y encontrarse con algo que le diera algún tipo de pesadilla.
O bien...
-...
No emitió palabra, se aparto sin decir algo cuando no fue su madre con la que se encontró en aquel abrazo.
Uno de los momentos más bochornoso de su vida.
La risa burlona de Viktor y el Yuri japones fue lo que hizo salir de su condenada ensoñación así como también ver los rostros de los chicos que recién habían llegado al hotel esa fue la gota que rebaso el vaso, su rostro estallo en un color que era difícil describir, era de un tono rojo tomate con remolacha que bien podía ser cereza pero no, era único el color del rostro de Yurio sobretodo su reacción.
Al percatarse de que todavía se encontraba un tanto abrazado del castaño, se aparto y cogió lo primero que encontró que fue una sabana para acto seguido encerrarse en lo que parecía ser un closet de la habitación en donde Viktor se quedaba y la cual podía considerarse su propio cuarto.
Ahí se encerró con la sabana cubriéndolo completamente, no iba a salir, no hasta que fuese el año bisiesto o Hitler reviviera, solo hasta que sucediera alguna de esas dos cosas saldría mientras tanto permanecería ahí dentro hasta que aquellos chicos se fueran o se acabara el mundo podía ser una opción también.
Paso alrededor de hora y media cuando la puerta de aquel pequeño cuarto fue golpeada ligeramente por el hijo de los dueños de las aguas termales, Yuuri Katsuki.
-Yurio, ¿piensas salir a cenar?- pregunto Yuuri con voz suave, esperaba que Yurio le escuchara bien y por supuesto saliera, desde afuera escuchaba el gruñir del estomago del adolescente.
-¡Vete a la mierda, cerdo!- grito Yurio, todo se volvió silencio, Yuuri se giro sobre sus talones nada más para salir de la habitación había quedado un tanto aturdido por el grito del vándalo ruso que no salió para nada. Se encamino nuevamente a la habitación donde los miembros de Iwatobi y su entrenador se encontraban cenando.
Se adentro a la sala donde lo estaban esperando.
-¿Yurio no viene?- pregunto Viktor cuando vio a Yuuri llegar solo a la mesa donde todos se encontraban.
Yuuri negó al mismo tiempo que tomaba asiento justo a lado derecho donde se estaba Viktor, esta tan solo suspiro y encogió de hombros solo para comenzar a comer nuevamente sin embargo dejo de hacerlo luego de notar la comida que Haruka estaba comiendo, todos salvo Yuuri también se encontraban comiendo Katsudon pero no el de ojos azules; él comía un extraño pescado asado con rodajas de piña alrededor, ¿acaso sabía bien esa extraña combinación?
Viktor tenía esa pequeña duda pero había alguien más que las tenía, no solo él.
-N-Nikiforov-san, ¿puedo... preguntarle algo?- Rei se alejo un poco del lugar donde estaba cenando solo para acercarse al ruso que ahora lo miraba ligeramente sorprendido.
El penta campeón asintió y el nadador experto en nado de mariposa sonrió grande.
-En el Grand Prix del 2012 usted tenía planeado llegar a los tres cuádruples sin embargo se notó un cambio repentino cambiando el tercero por un lutz que fue acompañado por un loop, eso... ¿fue improvisado?- la seriedad con la que Rei miraba a Viktor hizo que este no pudiera evitar mostrarse sorprendido, sobre todo porque ese joven... era el segundo en notarlo a demás de su entrenador Yakov.
-¡Wow! ¿Fuiste capaz de notarlo? ¿Viste varias veces mi presentación- Viktor sabía que responder una pregunta con otra era algo... tonto, pero debía saberlo, el jovencito que tenía frente a él no era más grande que Yurio podía decirse que este apenas tenía 16 o tal vez 17, si era lo primero se sorprendería más de lo que ya estaba.
Rei sonrió al mismo tiempo que acomodaba sus anteojos.
-Solo dos veces- respondió Rei.
-¡AMAZING!- exclamo Viktor ya no pudiendo ocultar más su emoción. -fue cuestión de tiempo, sabía que si intentaba el tercero perdería más tiempo así que cambiar fue la única alternativa...-
-Y fue para bien! Obtuvo más puntos de los que muchos habrían dado con el tercer cuádruple- Rei no pudo evitar mostrar una enorme sonrisa a Viktor que ahora parecía muy interesado en su conversación, ¿cuando tendría la segunda oportunidad de hablar con el famoso y talentoso patinador cinco veces campeón de la Grand Prix? -usted... es admirable, Nikiforov-san-
Una sonrisa no pudo evitar aparecer en los labios del más alto.
-Viktor, puedes llamarme Viktor, Rei- Viktor hizo lo mismo que Rei, le mostró una sonrisa pequeña al chico de orbes violetas y anteojos el cual ahora acomodaba sus lentes con cierto nerviosismo en sus movimientos.
Era oficial, Rei podía morir en ese momento, morir de felicidad y nada más.
Los fideos que Yuuri iba a llevarse a la boca cayeron nuevamente al tazón que tenía en sus manos, en su lugar cogió con los palillos algunos brocolis que se llevo a la boca y mastico como si estuviese de alguna forma enojado con los pequeños vegetales.
-K-Katsuki-san, ¿se encuentra bien?- Makoto no pudo ignorar el hecho de que la actitud de Yuuri había cambiado de un momento a otro, si antes lucía tranquilo ahora parecía querer devorar a toda costa los pequeños vegetales de su tazón.
El megane salió de su extraño trance luego de escuchar al chico de ojos verdes, negó con una mano así como también asentía.
-Estoy bien, tranquilo, solfrh...- las palabras del japones se vieron interrumpidas cuando algo entro a su boca, algo crujiente, delicioso y... ¡maravilloso!
"¡KATSUDON!" grito su subconsciente.
-Lo que Yuuri-kun necesita es comer algo que no sean esas feas verduras, necesita esto, y esto- el rubio de ojos rosas por cada palabra que decía llevaba un bocado de katsudon a la boca del megane que estaba en un nuevo trance esta vez provocado por la deliciosa comida que se le ponía en la boca, Yuuri estaba perdido en una fantasía culinaria de la que para nada quería salir, lo necesitaba, necesitaba ese katsudon que la" bella" rubia de sus sueños le daba de comer.
La sonrisa que apareció en el rostro de Nagisa crecía por cada bocado que Yuuri aceptaba, Nagisa adoraba muchas cosas en el mundo y una de ellas era que fuese correspondido cuando se tomaba la molestia de alimentar a alguien, eso significaba que la persona le agradaba y ahora Yuuri le agradaba a niveles altisimos.
-¡Yuuri no puedes comer katsudon!- Viktor tuvo que pausar su conversación con Rei y apurarse en detener a Yuuri quien gustoso dejaba que el más pequeño de los nadadores le diera de comer en la boca.
Rei intento parar con palabras a Nagisa pero este lo miro molesto, algo que no era común en el pequeño nadador. Viktor intento hacer lo mismo que Rei pero Yuuri miraba encantado a Nagisa, con un brillo tan hermoso en los ojos, ojos que eran idénticos a los que había visto en aquel banquete donde Yuuri le pidió ser su entrenador con ese hermoso "BE MY COACH" que jamás olvidaría, ahora parecía que Katsuki le dejaba ver esos hermosos ojos a alguien que apenas conocía.
-Nagi...- Makoto iba a intervenir pero se detuvo cuando alguien le sujeto por la camisa, ese alguien era Sousuke.
-No te metas, deja que lo arreglen ellos- espeto Sousuke llevándose un bocado de arroz a la boca.
Makoto parpadeo confundido, tardo en entender a lo que "mejor dicho" se refería Sousuke con esas palabras.
-Si quieres que pasemos tiempo juntos puedes decirlo.
Sousuke casi se atraganto con aquel bocado luego de escuchar al castaño, mismo que se apuro en darle ligeros golpes en la espalda cuando lo vio toser repetidas veces con la esperanza de sacar ese arroz que se le había atorado en la garganta. Haru y Rin se quedaron el margen de la situación por nada del mundo querían meterse al menos no Rin, Haru parecía distante mucho más que otras veces, parecía estar pensando en algo.
-Oí, Haru- lo llamo Rin ya hastiado del silencio tan largo que se había formado entre ambos.
-¿Que pasa?- Haru inclino su cabeza para ver a un Rin ligeramente molesto.
-¿Que pasa? Que te pasa a ti, te estoy hablando y pareces distraído, más que de costumbre...
Haru iba a tomar otro pequeño trozo de caballa pero se detuvo, ¿se le veía distraído? ¿pensativo? Porque lo estaba, en su cabeza rondaba un recuerdo que nunca iba a olvidar ni aunque se le fuese obligado o pasaran más años de los que ya habían pasado. Miro al pelirrojo que seguía esperando una respuesta, por supuesto, con su rostro más calmado posible.
-No es nada- contesto y no agrego más, no tuvo oportunidad de hacerlo ni a Rin de responder cuando la puerta de la habitación se abrió, no era Yurio como algunos podrían esperar, eran la dueña del onsen, Hiroko Katsuki y...
-¿Otabek-kun?- Yuuri por fin había logrado salir de ese trancé, la presencia del kazajo lo había logrado.
Viktor también se mostró sorprendido, no fue el único tampoco, los miembros de Iwatobi y Samezuka lo estaban... al menos Rin si.
Sousuke se levanto de su asiento al ver al patinador de kazajistan, Otabek Altín.
-¿Sou...ske?- inquirió el kazajo dejando el saludo que planeaba para después, en su lugar una sonrisa pequeña adorno su rostro.
-¿Otabek?- emitió el japones mismo que no pudo evitar sonreír suavemente, eso oficialmente sorprendió a todos los chicos, los chicos de Iwatobi y el de Samezuka quedaron sorprendidos por dos cosas claro.
Era obvio que Souske conocía a Otabek, pero... ¿de donde?
Yuuri y Viktor no se quedaron atrás, lucían igual o más sorprendidos que los más jóvenes.
¿De donde se conocían Sousuke Yamazaki y Otabek Altín?
[...]
Cercana la media noche cada residente de Hasetsu se encontraba ya profundamente dormido, solo alguna que otra persona circulando por la calle o con problemas de insomnio paseaba pero eso era muy extraño de ver, Hasetsu era una ciudad tan pacifica.
Yuuri se terminaba de alistar para salir a correr, había perdido el control. Suspiro pesadamente, correría lo suficiente para bajar las calorías que aquellas cucharadas de katsudon obviamente le habían otorgado, no quería ser llamado "cerdo" menos por Viktor que sabía bien, estaba un tanto decepcionado de él.
Su pecho empezó a doler, de nuevo... pasaba de nuevo.
-Yuuri.
La voz de Haru llamándolo le saco de sus pensamientos.
-H-Haru, ¿que haces aun despierto?- pregunto asegurándose de eliminar todo rastro de lagrimas que estaba seguro habían aparecido en sus ojos. Luego de volver a colocarse los anteojos de forma correcta vio al contrario, vestía ropa deportiva no ropa para dormir. -Haru, tú...-
-Vamos- Haru hizo lo mismo que Yuuri, se coloco el calzado para correr y una vez hecho miro fijamente al megane, esperando por este, esperando a que Yuuri tomará la iniciativa.
El corazón de Haru dio un ligero respingo, una nueva y única sonrisa apareció en sus labios, una sonrisa que era exclusivamente de Haru. No dijo nada, palabras sobraban entre ambos tan solo ver como Makkachin salía disparado de la casa y se les adelantaba fue suficiente para que ambos comenzaran a seguirlo, Yuuri en ningún momento dejo de sonreír y Haru... él en ningún momento dejo de pensar en Yuuri.
Apenas cerraron de forma correcta la puerta dejaron una pequeña rejilla por la cual la mirada furiosa de Rin se dejaba ver perfectamente.
Si, era completamente oficial, Rin Matsuoka tenía intenciones de acabar con Yuuri Katsuki.
[...]
Makoto nunca había sido el tipo de persona que sentía celos, para nada, era un emoción completamente... fuera de lugar.
Entonces, ¿porque razón espiaba a Yamazaki y Altín? Se encontraban hablando de forma tan amigable en las aguas termales que Tachibana sentía que su pecho dolía y su estomago tenía una extraña sensación, ¿que diablos era?
-Parecen ser viejos amigos- inquirió Rei.
Makoto no presto atención a las palabras del megane, si no a una cosa que si lo hizo voltear en diferentes direcciones.
-¿Donde esta Nagisa?- pregunto al chico de anteojos.
Rei dejo a un lado la toalla con la que secaba su cabello nada más para mirar al capitán de Iwatobi.
-Tomo un baño de burbujas que preparo la hermana de Katsuki-san y se fue a dormir- respondió Rei.
Esa respuesta dejo un tanto pensativo a Makoto, cosa que confundió a Rei.
-¿Nagisa si sabe cual es nuestra habitación?
[...]
La maravillosa y reconfortante sensación del esponjoso pelaje de su caniche era lo que Viktor necesitaba para conciliar el sueño, abrazarlo cada noche era lo único que necesitaba y hoy por alguna razón estaba en verdad esponjoso y olía taaan bien.
-Makkachin~- hablo entre sueños mientras daba una aspiración larga... a un cabello esponjoso y rubio.
-Rei-chan~- murmuro Nagisa dejándose hacer por el ruso mayor.
Un mayor de edad y un menor, ambos varones, abrazados, en una cama, completamente desnudos.
Yurio tenía muchas cosas de analizar de esa escena debido a que fue el único testigo de ella, se encerró nuevamente en la que era su habitación y ahora prometía no salir hasta que la ciencia reviviera a Anna Frank.
[...]
Es la pinche 1 de la madrugada, mañana es mi día libre en el trabajo, debo dormir because cuido a mi abuela, debo preparar la fiesta de mi pareja... ¡pero estoy aquí entregándoles la tan esperada quinta parte de Free On Ice!
Cargada de muuchas ships nuevas, AHRE.
Estoy tan feliz, aunque no fue tan largo como esperaba se que ahora desean más y más saber de donde carajos Sousuke y Otabek se conocen, bueno~ quiero que se hagan una idea 3 Pueden escribir sus ideas en los comentarios, las más originales las publicaré x'DDD
¿Reviews?
¿Preguntas sobre porque tarde tanto?
Pues porque no entre a la universidad y me puse a trabajar como perra :'v
Espero que les haya gustado~😄😄