Esta historia fue publicada originalmente en inglés por "EchoEternal" bajo el título de "Eternally Never Yours", yo sólo traduzco. Sus notas intactas… por si acaso.

¡Más bobadas de Star Hill a la orden! Y este capítulo no es tan largo como el anterior, ¡así que esas son buenas noticias! O… malas noticias, ¿supongo? Em… la noticia es más bien el contenido del capítulo, ¡yeeeei!

Oh, otra cosa rápida. Si no han votado todavía, la encuesta para la pareja secundaria está por vencerse, porque este es el último capítulo que se publicará antes de que se termine. Esperaré hasta el próximo fin de semana, pero después de eso, ¡la pareja con más votos gana! Así que… si no han votado, pueden hacerlo, y si están interesados, ¡les sugiero ir a mi perfil y clicar en la sección de encuestas! Recuerden que pueden votar por dos parejas, pero sólo una de ellas va a ganar.

Dejando eso de lado, veamos que sinsentidos nos esperan con Mario, Bowser y el resto de los personajes en este capítulo¡!


Por los pasillos mal iluminados del Castillo de Bowser, una figura corta y cubierta de un hábito rojo va revoloteando. Esta avanzó por las escaleras, emergiendo en el techo.

Sobrevolando todo, tomó una pausa para encontrarse a Junior, quien estaba sentado en la mesa que su padre había dejado afuera. Rápidamente dibujó garabatos en un pequeño trozo de papel, pero se giró a la criatura que se acercó a él.

— ¡Mini-Kamek! —Junior dejó el lápiz de lado y sonrió.

—Señor, así no es como debería llamar a un Toadito —se quejó Mini-Kamek.

—Dejando de lado que tenemos a cinco Toads en el calabozo, y dado que te pareces mucho a-...

—Joven señor, mi especie se parece a cualquiera de los Magikoopas.

—Lo que digas, Toadito, te diré Mini-Kamek —soltó Junior—. ¡Y te ordeno que lo aceptes!

Suspirando, el Toadito asintió. —Como desee, mi príncipe.

—Bien, ahora… —Junior sacó el cetro de Bowser de un lado de la mesa, y lo apuntó hacia el Magikoopa tamaño reducido. La hélice en su cabeza giró al tiempo que se alejaba un poco del príncipe—. ¡Ay, relájate! Necesito que vayas al barco en el que papá y los demás están.

— ¿Por qué, señor? —el Toadito negó con la cabeza—. El amo Kamek me ordenó que lo mantuviera vigilado.

—Eso se lo ordenó a todos los Toaditos —respondió Junior sin mucho entusiasmo—. Como si no tuviera ya a suficientes personas vigilándome.

—Es por su propio bien, señor.

—Sí, claro —Junior se encogió de hombros—. Como sea, nececesito que vayas y le digas a papá que regrese a casa con Mario y Kamek tan pronto les sea posible.

— ¿A casa? ¿Aquí? —el semi-Magikoopa sacudió su cabeza—. ¿Por qué, señor?

—Porque no me gusta lo que los Koopalings están planeando —explicó Junior—. Y si algo feo les pasa, si le hacen algo a los Toads, entonces podríamos tener un gran conflicto.

—Entonces, ¿me enviará para que los traiga de vuelta?

—Después de que hayan ayudado a Mario, por supuesto —Junior alzó la varita—. Están en Star Hill. No sé en dónde, así que necesitarás averiguarlo una vez que salgas del barco. ¿Puedes utilizar magia?

—No mucha, señor.

—Entonces necesitarás ser cuidadoso, y considerar a cualquiera que no esté con papá un enemigo —le previno Junior—. ¿Listo?

—Eh… eso creo.

— ¡Genial, nos vemos luego!

Abriendo un portal encima de ellos, Mini-Kamek flotó hacia este, teleportándose. Junior cerró rápidamente el portal y se quedó buscando testigos al final del techo, sin ver a nadie más. Asintiendo para sí, continuó dibujando.


[Mario]

En silencio y con precaución, Merlón nos guió a través del arbolado camino lavanda. Las tropas de Bowser seguía alrededor de nosotros, con cuatro de cada lado y dos detrás de nosotros al lado de Kamek. Bowser no dejaba de ver mal al Chamán, buscando en cada uno de sus movimientos algo que lo delatara de no estar de nuestro lado.

Aunque, yo también vigilé a Merlón, intentando saciar mi curiosidad por sus habilidades mágicas que lo denotaban por sobre otros Chamanes. Incapaz de notar nada además de su apariencia externa, aceleré mi paso al punto de llegar a su lado. Grandes pisotones me alertaron que Bowser no estaba muy lejos de mí, no que hubiera mucha distancia para empezar.

—Entonces, eh, Merlón —comencé—. ¿Podrías decirnos más sobre-…?

—Por favor espera un momento —Merlón me dio palmaditas en el hombro, su mano cubierta por un guante de color ébano. Aunque era etéreo como los otros chamanes que ya nos habíamos encontrado, su tono también poseía más poder, firme, y obviamente inesperado de alguien tan viejo como él—. Tengo la certeza de que tienes muchas cosas que discutir conmigo, pero necesitamos llegar a una locación segura —su cabeza cubierta observó hacia arriba—. Hmm… no, no ahí. Debe ser más adelante.

— ¿Qué haces?

—Oh, sólo intento anticipar a los salvajes —se encogió de hombros, como si no fuera algo tan grande, como si no hubiéramos tenido problemas con ellos antes—. Mh...por aquí.

Guiándonos hacia unas enormes rocas azules, Merlón continuó avanzando y esperó hasta que todos llegásemos, indicándoles a todos que se quedaran detrás de él.

Viendo a Merlón mientras nos reunía a todos, lo estudié más a fondo. Tenía zapatos rojos, los cuales parecían casi sandalias. Aunque su hábito era color zafiro, había un pequeño hueco para demostrar que debajo tenía ropa color amarilla. Pegado a su ropaje exterior, debajo de su bigote color mármol, había un orbe verde con una estrella brillante dentro. Con su capucha cubriéndole el rostro, la única característica visible eran sus ojos, los cuales brillaban de un inusual color amarillo.

— ¿Algo que busques en específico, Mario? —parpadeé y negué con la cabeza. Merlón se me quedó viendo, y después rió—. Si te me quedas viendo tanto tiempo, tu amante podría ponerse celoso de mí —su vista me traspasó y le guiñó un ojo al Rey Koopa.

— ¡¿Q-Qué?! —Bowser se sonrojó y se acercó más a nosotros—. ¡¿Qué acabas de-…?!

—Leer la fortuna no es sólo un truco de ferias para los de mi especie —había un brillo en sus ojos que los hizo parecer más brillantes—. Además, ¿no se han vuelto más cómodos de decirlo al aire? Al fin y al cabo todo tu castillo lo sabe.

—Em… no, no todos lo saben —corregí.

—Ah, el Magnánimo Reino de los Hongos —se dio cuenta Merlón—. Perdónenme, me imaginaba que ya era conocimiento público —con los nervios a flor, me giré a Bowser, el cual tenía la misma expresión que yo—. No hay razón para que se alarmen por eso, a menos que… oh, bueno, quizás sí —girándonos hacia él, notamos que Merlón se jalaba del bigote—. Pero no importa, tienen leales aliados tanto aquí como a los jóvenes Koopas en el Castillo de Bowser.

—E-espera, ¿c-cómo sabe todo eso? —preguntó Goomphen, saltando.

Koopella alzó la lanza, aunque la punta estaba dirigida hacia el aire. —¿Quizás alguien se infiltró en nuestras defensas?

—Lee la fortuna y predice el futuro—apuntó Bombkin—. En serio, deberían prestar más atención a esa clase de cosas.

—Futuro, ¿eh? —Nix se relamió los labios—. Suena como algo que me interesaría aprender. ¿Qué dices, Cutie Pie?

—El que lo digas no lo vuelve mi nombre —dijo el Paratroopa.

—Ya basta, todos ustedes —ordenó Kamek, al tiempo que ellos se alejaban de nosotros, rodeando las piedras.

Merlón rió de nuevo y Bowser gruñó. —Mantén ese afamado temperamento controlado, Rey Bowser —previno Merlón—. Ahora, Mario, si no te molesta, separa tus brazos y piernas.

—El jefe Ve ya se aseguró de revisarlo —aseguró Bowser.

—Y estoy enterado, pero me gustaría ver por mi cuenta al maleficio —se giró a mí—. Si no es mucho problema, Mario. Entre más rápido mejor.

Asintiendo, separé mis brazos y piernas. Merlón alzó una mano, la cual estaba cubierta ahora por un brillo aguamarina. Noté la mirada de Bowser, claramente molesto al ver cómo el mismo brillo me volvía a cubrir.

Más rápido que lo que hizo Ve, el color del aura se volvió rojo. Merlón asintió y comenzó a mover sus manos, como si entre ellas sostuviera una pelota. Lentamente, el aura fue desapareciendo hasta que Merlón llegó al área de mi pecho.

— ¡Oye! —Bowser se nos acercó, obviamente listo para atacar.

—Hmmm. Poderoso.

El Chamán ignoró a Bowser, concentrándose más bien en poner su mano izquierda sobre mi pecho. La derecha la alzó, moviendo un poco el sombrero, y la presionó contra mi cabeza.

Un dolor inexplicable se extendió por mi cuerpo e hice muecas al tiempo que acercaba a sí sus manos de nuevo, alejándolas de mí. Tanto mis ojos como los de Bowser se abrieron más de lo normal al ver cómo una esfera púrpura salía de mí cuerpo. Merlón seguía girando sus manos, dándole mayor consistencia a la esfera.

—Bastante poderoso —murmuró Merlón. Un ligero, pero agonizante chillido vino de la orbe que sostenía entre sus manos.

—Qué… ¡¿Qué es eso?! —Bowser sacudió la cabeza, sus garras preparadas para atacar—. ¿Es eso la maldición?

—Es la forma física que le he dado, sí —aclaró Merlón—. Si se le molesta, y se deja sin contener, entonces viajará sin forma. Qué curioso, pues este hechizo… qué bueno que acudieron a mí.

— ¿Eso es todo? —me sostuve la cabeza y el pecho, como si tuviera todavía restos de la maldición ahí—. ¿Está fuera de mí?

—Hm… temporalmente —el Chamán estudió la esfera maldita, girando la muñeca para verla desde todos los ángulos—. Si no se trata con cuidado, el que te maldijo podría fácilmente hacer que regrese a tu cuerpo, o reemplazarla.

— ¡Entonces deshazte de ella! —rugió Bowser.

—Me temo que no es tan simple —explicó Merlón—. Y toma más tiempo además de simplemente destruirla.

—Si no es tan sencillo, entonces deja de andarte con rodeos y explícalo —soltó Bowser.

—No aquí —insistió Merlón—, estamos al descubierto y podría haber más salvajes por aquí. Considerando lo bien que los manejaron tus tropas, podrían sobrevivir la batalla, pero no sin pagar un precio —giró su cabeza y observó a Bowser—. Después de todo lo que has arriesgado por Mario, ¿realmente quieres arriesgarte a hacer las cosas más difíciles? Si un Chamán salvaje nos ataca mientras yo estoy ocupado con esta maldición, pues… los resultados podrían ser desastrosos, por ponerlo a la ligera. Letales, si querían un sinónimo.

—…bah, está bien —Bowser dijo, cruzando sus brazos—. ¿Y ahora qué?

—Vamos rumbo a mi casa. Es mucho más segura y tiene el ambiente ideal para remover la maldición.

—Entendido —Bowser asintió—. Vayamos.

Lentamente, el Chamán sacudió la cabeza. —Eso tampoco es tan simple.

— ¿Por qué no? —Bowser hizo gestos al ver que Merlón se me acercaba—. ¿Qué sucede?

—Mis disculpas, Mario, pero tendré que insertar esto de nuevo en tu cuerpo —Merlón alzó la esfera oscurecida, y fruncí el ceño—. Es sólo para mantenerla a salvo mientras nos dirigimos a mi casa. Una vez ahí, quitártela será lo primero que haga.

— ¿Qué? ¡No! ¡No se la puedes volver a meter! —gritó Bowser—. ¡No va a volver a cargar con esa maldición!

—Debe mantenerse a salvo, o de lo contrario podría disiparse en el viaje —razonó Merlón.

—Entonces… dámela a mí —Bowser insistió—. Mario ya ha sufrido bastante.

—Espera, no. Bowser, no puedes-…

— ¿Por qué no? —Bowser se forzó a sonreírme—. Ya la has tenido por mucho tiempo. Además, no soy inmune a esas pesadillas, así que podría soportarlas de momento.

—Definitivamente no —reafirmé—. Ya tienes muchas cosas con las que lidiar.

—En realidad, es mejor si fuera Mario a quien regrese—notó Merlón—. Como ya ha estado dentro de su cuerpo por mucho tiempo y está acostumbrada a este, es preferible eso a pasarla a otro huésped.

—Hazlo —solté antes de que Bowser pudiera volver a replicar.

—Muy bien —haciendo girar a la esfera con sus manos, Merlón las posicionó de nuevo en mi cuerpo, pasando la esfera de una figura sólida a estar dentro de mi cuerpo—. Listo. Ahora continuemos nuestro ascenso y saquemos eso de ti lo más pronto posible.

Energético y lleno de ánimos, Merlón se giró y continuó caminando.

— ¿Qué de-…? —Kamek se nos acercó. Apuntó detrás de nosotros—. ¡Ruby! ¡Olivia! ¡Vayan detrás de él!

— ¡Como ordene, milord!

—Ojojo… por supuesto, señor.

Sobrevolándonos, la Blooper y el Boo se alejaron de nosotros. Kamek me observó, tocando con delicadeza donde Merlón había extraído e insertado el maleficio.

—Fascinante —murmuró—. No que-… quiero decir, si hubiera una mejor forma… oh, olvídenlo y mis disculpas, Mario.

Se fue para con las otras tropas, asegurándose que todo estuviera en orden, y continuamos avanzando, siguiendo al trío frente de nosotros. Bowser siguió dando pisotones, todavía enojado por la conversación anterior. Alcé una mano para tocar su brazo, el cual relajo y puso alrededor de mis hombros.

—Perdona.

— ¿Por qué? Ya casi acabamos con esto.

—No lo suficientemente rápido —replicó Bowser—. Y no me gusta este sujeto. Lo necesitamos, pero nos oculta muchos secretos.

—Puede ser, pero no es por ninguna razón nefasta —decidí—. Si tuviera otros motivos para ayudarnos, ni siquiera se molestaría en hacerlo. ¿O sí? —Bowser se encogió de hombros—. De cualquier forma, creo que sí quiere dejar de estar al descubierto. Además, nada debería ocurrirnos por el resto del viaje.

— ¿Lo dices porque se ve muy poderoso y la maldición está contenida?

—Bueno, ambos son pluses —concordé—. Pero lo que realmente ayudó fue la cantidad de seguridad que un rey y su hechicero más poderoso ofrecen.

Con una sonrisa ladina, Bowser rio y me acercó más a él. —Bueno, eso sí que ayuda a mejorarlo, ¿no? —su sonrisa desapareció y se encogió de hombros nuevamente—. Aunque, supongo que podrías lidiar tú solo con esta clase de situaciones, ¿no es verdad? No es la primera aventura en la que tienes que pelear con situaciones que van en tu contra.

—Es cierto, pero siempre es mejor cuando tengo compañía.

Sonriendo de oreja a oreja, los movimientos de Bowser se volvieron un tanto saltarines, con él obviamente más animado. Rodeó mi mano izquierda con la suya y la apretó un poco. Intenté tomar su brazo por detrás, pero como estaba tan cerca de él terminé tomando su cola.

—Eh… ja, perdón —murmuré, sintiendo mi rostro enrojecer.

— ¿Por qué? —también se sonrojó, pero su expresión era mucho más entretenida—. Sé lo mucho que te gusta.

—S-sí, pero…

—No seas tímido —Bowser sonrió ladino. Con una de sus manos me tomó de la cadera—. Y quizás yo también podría, si-…

—Si no les molesta —intervino Kamek, lo suficientemente fuerte como para escucharse a pesar de estar lejos de nosotros—. Quiero informarles que sigo aquí, sólo para que lo sepan.

Avergonzado, alejé mi mano de su cola al tiempo que la suya se volvía a mi brazo. Después de un momento, Bowser dejó salir una risa semi camuflada, mientras yo intentaba esconderme del mundo contra él.

Siguiendo por la montaña, otro Chamán salvaje se nos apareció. Merlón sólo tuvo que mover la muñeca, causando a su vez que una ráfaga de aire se estrellara contra el otro Chamán. Con otro giro de su muñeca, el hechizo de Merlón hizo que el Chamán se quitara de nuestro camino y se fuera cayendo por la colina. Entonces continuó caminando, para nada alterado por lo que acababa de hacer.

Curioso todavía por lo que tuviera por decir, me quité el brazo de Bowser y troté hasta llegar al lado de Merlón, sincronizándome con su paso.

—Tienes muchas preguntas —murmuró.

— ¿Puedes culparme por eso?

—En lo absoluto —rió, apenas viéndome a través de su capucha—. Pareces creer que hay algo familiar en mí, como si ya nos conociéramos.

— ¿Y es así?

—Nosotros dos como individuos, no. Has conocido a otros Chamanes, quizás a un adivino que posee mi mismo nombre, pero no al que está parado frente a ti —Merlón descendió su brazo y permitió que su capa lo cubriera de nuevo—. Todavía no pareces discernir la clase de conexión entre nosotros.

—No realmente —admití—. No lo entiendo, ni tampoco cómo pareces reconocerlo.

—Por lo general, daría una respuesta muy vaga sobre como "la precognición le permite a un individuo tal como yo tener una buena idea sobre los sentimientos de los demás antes de que ellos mismos los reconozcan" u otra cosa con el mismo toque místico —rió de nuevo, entretenido por lo que me di cuenta, debía ser su sentido del humor—. Por lo particular, sin embargo, presiento que sí estamos conectados de alguna forma. Tú y yo ciertamente estábamos destinados a conocernos. Hay una especie de atadura que atrae a un héroe a los oráculos, muy lejos de nuestro control. Es extraño, pero a pesar de ello, me encuentro reconfortado por ello.

—Muchos lo hacen —musito.

—Perdóname, no pretendía recordarte de tus conflictos internos —Merlón giró su cabeza de nuevo, esta vez haciendo que pudiera ver más allá de su capucha… o lo suficiente como para ver a sus ojos amarillos—. Esa parte es agotadora, sin duda alguna.

— ¿Pero…?

—Nada en particular, sólo el vínculo que se supone que compartimos —aclaró Merlón—. De alguna forma, me siento más relajado ahora que nos hemos conocido. Pareces muy capaz, y a pesar de ello, todavía estás abierto a que te enseñen más cosas que están fuera de tu comprensión.

—Em… me temo que no entiendo.

—Nunca temas. Aprenderás, como ya lo has hecho una y otra vez —de nuevo, se alejó de mí y caminó hacia adelante—. Discúlpame por un momento.

Trozos de hielo salieron disparados desde detrás de unas piedras color índigo en dirección a nosotros. Con un ademán casi indiferente, Merlón alzó murallas de fuego para que derritieran del hielo.

Otro Chamán salvaje se nos acercó, su capa casi harapos. Juntando sus manos, Merlón convocó un remolino justo debajo del Chamán. Moviendo sus manos por su cuerpo, el agua se esparció por el camino, llevándose consigo a los salvajes.

Después de esto, una orbe de rayos salió disparada desde Merlón. El viejo Chamán sólo se hizo a un lado para evitar el ataque y dejó que volara a través del cielo.

Con su mano logró que una bola de luz se canalizara, Merlón alzó su mano para soltarla y esta salió disparada hacia donde el rayo se había originado.

Un haz de luz y una explosión le siguieron, con un Chamán salvaje volando desde detrás de una piedra azul de la montaña, saliendo disparado hacia uno de los lados y moviendo manos y piernas como loco.

Sacudiendo mi cabeza, me giré a ver cómo un Chamán salvaje tacleaba a Jasmine.

— ¡¿Podemos dejar esto para más tarde?! —la Snifit pataleó y peleó contra su oponente, manteniéndolo lejos de su hocico.

Merlón simplemente caminó hacia ella y cerró su puño en el aire. Boqueando, el salvaje cerró sus manos alrededor de su cuello, como si se estuviera ahogando con algo que no podíamos ver.

Merlón abrió la mano que tenía libre y la alzó frente a él, haciendo que el salvaje se fuera de bruces para atrás con una gran ráfaga de viento.

Bostezando, Merlón se dirigió hacia mí al tiempo que Ruby ayudaba a Jasmine a levantarse. —Mis disculpas, pero esos estorbos nos habrían quitado más tiempo si los trataba de alguna otra forma. ¿Qué es lo que estábamos discutiendo?

—Em… la… uh, ¿habilidad para… aprender más?

—...ah, sí, eso. Sí, siempre tendrás más oportunidades para eso, y ciertamente lo harás muy bien, cuando tengas que hacerlo —me dio palmaditas en el hombro y continuó caminando, dejándome atrás, boquiabierto.

—Esto sólo hace que le tenga menos confianza —gruñó Bowser al tiempo que se me acercaba. Rodé mis ojos, tomé su mano y le insté a avanzar.

Más adelante en el camino y cerca de una curva, nos acercamos a una roca azul con forma de estrella, la cual tenía un ligero brillo. Al tiempo que la pasé, pude haber jurado que hubo una especie de chispa, volviéndola más luminosa por un momento y luego deteniéndose. Inmediatamente al frente de nosotros estaba… la entrada de una cueva.

Me detuve. Bowser dejó de caminar un par de pasos en frente de mí, con Kamek y unos soldados rodeándonos.

— ¿Mario?

Mi novio me observó, primero con una ceja arqueada y después mordiéndose el labio. Nix se interpuso entre nosotros y movió su mano enfrente de mí.

— ¿Hay alguien ahí?

—Nix, por favor —Bowser tomó la mano del Rex negro y la quitó de mi vista. Nix se sobó la mano, dejándose llevar por el Tech Guy—. Mario, ¿te sientes-…?

— ¿No hay otra forma de cruzar? —mi voz se quebró, incapaz de esconder mi ansiedad—. Este camino no parece muy… seguro.

—Infortunadamente, esta es la única forma de llegar a mi casa —respondió Merlón—. Hay unas goteras muy irritantes, pero no tendremos problemas para cruzarla.

Desviando mi vista de la cueva, busqué por una alternativa para cruzar. Pero las paredes no parecían especialmente diseñadas para alpinismo, especialmente para que yo, ni nadie más pudiera subir con facilidad.

Kamek se acercó al oído de Bowser y susurró: —¿Hay algo de lo que no me haya enterado?

—Tiene que ver con sus pesadillas —explicó Bowser—. Aquí es donde yo podría morir.

Ajustándose los anteojos, Kamek se giró a la cueva y dejó escapar una risa. Entonces se dirigió a mí. —Mario, no tienes porqué preocuparte. Con mis encantamientos, cualquier amenaza, por más pequeña que sea, no tendrá oportunidad de alcanzar a nuestro rey.

Dándome palmaditas con una sonrisa, se alejó de nosotros. Bowser se acercó a mí y dejó que sus manos cayeran sobre mis hombros, dándome un ligero masaje.

—El viejo tiene un buen punto. ¿Era él parte del sueño?

—No. Además de nosotros dos no había nadie de aquí.

—Bien. Entonces no hay ningún problema —me sonrió y se quedó así por unos momentos, pero me quedé tieso. Suspirando, Bowser tomó mi barbilla y giró mi cabeza hacia arriba para que pudiera verlo directamente—. Por favor; no vamos a dejar que unas cuantas rocas nos detengan, ¿o sí? Ya casi llegamos, ya casi te curas.

—Sólo… no te pares por nada, no esperes a nada —dejé salir—. No intentes proteger a nadie, y sólo enfócate en salir de ahí.

—Por favor, Mario —comenzó—. No puedo hacer eso, especialmente contigo-...

—Especialmente conmigo —regresé, más duro de lo que planeaba en un inicio—. Yo puedo cuidarme solo —notando su mirada herida, añadí rápidamente—. Al menos con esto, sé que sí —todavía se le notaba un poco de dolor, así que puse mis manos encima de las suyas—. No estamos en tu castillo en este momento, y no puedo… no puedo vigilarte… y no permitiré que pierdas tu vida por mi culpa.

Una lágrima se escapó de mi ojo, y parpadeé, apenas dándome cuenta de mi visión cristalina. Con rapidez, aunque igual gentileza, Bowser la alejó de mis ojos, y acarició mi rostro con sus manos. Cerré mis ojos con fuerza, sus nudillos formando una línea por mis párpados, deshaciéndose de toda el agua posible. Abriendo mis ojos de nuevo, vi su sonrisa, su cara al mismo nivel que la mía, obviamente arrodillado. Sus manos todavía sostenían mi rostro al tiempo que tomé al suyo con las mías.

—Eso no pasará.

Simple, un frágil y pequeño voto, y aun así era lo que yo quería escuchar. De igual forma, besó la parte superior de mi cabeza y me guió hacia adelante.

Dando un paso dentro de la cueva, observé a las estalactitas, y entonces a las estalagmitas. Los pasos de todos parecían hacer eco alrededor de la cueva, pero nada parecía muy peligroso.

Sosteniendo su mano con fuerza, Bowser y yo caminamos por la cueva, detrás de Kamek, Koopella y Goomphen. Nix, Glaucus y Tech Guys seguían todavía detrás de nosotros, y mis mejillas enrojecieron al darme cuenta de lo público que había sido mi miedo.

— ¿Por qué yo? —musité para mí, rápidamente tapando mi boca con la mano que tenía libre.

— ¿Todo bien?

La pregunta de Bowser sonó por toda la cueva y mi corazón bien pudo haber parado. Observó el pánico crecer en mis ojos, y observó rápidamente a las estalactitas. Nada se movió.

— ¿Ves? No pasará nada.

De nuevo, las palabras vibraron alrededor de las paredes de la cueva, pero todavía nada sucedía, ni una roca colapsaba encima de nosotros. Exhalando y permitiendo a mis hombros destensarse, asentí y procedí a caminar hasta el final al lado de Bowser.

Afuera, Merlón lanzó otro de sus puños al aire, lanzando una piedra a… lo que pudo haber sido un salvaje, pero no estaba seguro, pues el cuerpo voló rápidamente fuera de mi vista. Se giró hacia a nosotros mientras su mano desaparecía en su bata.

— ¿Sucede algo?

—Nada, sólo… me siento algo nervioso.

—Precavido —corrigió Tech Guy. Una mentira, definitivamente algo que vino del Fly Guy, y aun así siguió volando, como si hubiera dicho un hecho.

—Estaba a punto de decir eso —gruñó Bowser.

Sonriendo, caminamos hacia adelante y seguimos a Merlón. Cerca de otro cruce, unas flores azules y rosas aparecieron en nuestra vista mientras ascendemos. Entre más escalamos, más árboles azules y pastos violetas aparecían. Aunque el aire se volvía más frío, y la tierra más dura, no parecía haber nada de hielo o nieve.

—Entonces… ¿ya casi llegamos?

—Oh, sí, ya no debería tomarnos mucho tiempo —confirmó Merlón.

Pasamos por todavía más plantas, pues parecían abundar en esta parte del camino. Las tropas de Bowser se pusieron más alertas de sus alrededores, pero nada nos atacó.

—Debería haber salvajes entre esos arbustos, ¿no? —Glaucus caminó desde detrás de nosotros, esperando a que algo saltase—. Este sería un lugar perfecto para atacar, en comparación a los otros, ¿no es así?

—Quizás —concordó Merlón—, pero después de muchos incidentes con mis nietas, quienes adoran la vida silvestre, bueno… puede que finalmente hayan aprendido a dejar ese tipo de sitios como escondites.

— ¿Incidentes?

—Bueno… digamos que las chicas tienen una habilidad para… el lenguaje de las flores. Y los árboles. Lianas. Raíces. Ramas, arbustos… y ya saben.

Esto sólo hizo que las tropas de Bowser se pusieran más alertas del lugar conforme continuábamos. Arrodillándose, Bowser tomó una violeta que estaba floreciendo y me la entregó.

—Mira, se ve muy linda —observó—. Y te la puedes quedar como una promesa de que estaré a tu lado, también.

Tomándola del tallo, la giré entre mis manos. Pequeña, frágil, pero tenía razón: era muy bonita.

—En ese caso —murmuré y estudié el suelo—, debería buscar una para darte.

—Con la que te di es más que suficiente.

—Es más por el significado de dártela.

Dando unos pases adelante, me arrodillo y tomo un par de violetas que estaban unidas, algunas azules mezcladas con las usuales. Girándome a ver a mi hombro, las sostuve en frente de Bowser y observé cómo ladeaba la cabeza, sonriendo de oreja a oreja.

—Adorable —ronroneó—, pero… creo que deberías seguir buscando.

Procesando a lo que veía, me giré y me alcé. Se dejó relajar al tiempo que yo lanzaba las flores contra su pecho, y las agarró mientras me giré para seguir caminando.

—Ay, ¡por favor!

—Arruinaste el momento —me burlé, escondiendo mis mejillas al tiempo que se giraba a mi lado.

—Sí, muy bueno —comentó Glaucus.

—Y lo estaba disfrutando —añadió Nix, con… creo que se lamió los labios más fuerte de lo que pretendía.

—Y ahora me hiciste sonar tan retorcido como tú —se quejó Glaucus.

—No te sientas avergonzado —replicó Nix—. En el fondo, todos somos así.

—Eso es poco probable —contraatacó Tech Guy.

— ¿Estás seguro de eso?

—Respecto a ser tan pervertidos como tú, no me lo imagino.

—Entonces, si voy y le pregunto a Jasmine-…

—Por favor, no.

—Sólo intento probar mi punto —replicó Nix.

— ¿No deberíamos pedir la opinión de Koopella?

—No quiero.

—Ok, pero creí que-…

—Vale, ganas —cedió el Rex— sólo intento mantener mi buen humor.

— ¿Fuera de las manos? —Tech Guy suspiró—. ¿Es en serio?

— ¡Shh, está justo aquí!

Bowser y yo nos intercambiamos expresiones confundidas y después nos giramos a los tres. Nix se encogió de hombros de forma incómoda hacia nosotros… aunque parecía más concentrado en Bowser. Hicimos lo mismo antes de girarnos hacia el resto del grupo.

—Ah, ya está a sólo unos metros —dijo Merlón cuando nos acercamos a él—. Es por aquí.

Pasando a unos árboles y a un claro, nos encontramos a una gran y redonda casa blanca, con un techo púrpura y varios ventanales. Unas vigas de madera soportaban un sobresaliente encima de la puerta azul, con un techo púrpura igual al de la casa. Más al frente de la casa, la colina parecía continuar, llegando hasta la misma cumbre.

Mientras nos acercábamos, pequeñas estrellas de color crema parecían estar pintadas dentro del edificio, el cual también parecía tener un poco de lavanda en el recubrimiento. Unas cuantas marcas en el techo indican que antes de la pintura que actualmente tenía hubo otro color.

Había también una mesa de picnic pasando un pequeño jardín lleno de plantas. Una linterna estaba colgada al lado de la puerta, iluminando el camino de piedras que llegaban hasta ahí.

—Bienvenidos a esta humilde morada mía —añadió Merlón, un poco más entusiasmado que antes—. No es ningún castillo, pero es un muy buen lugar para vivir. Vengan, vengan, veremos si todos ustedes caben aquí adentro.

Nos guió hacia la casa, y tocó en la puerta. Otro Chamán abrió la puerta, este con un gran bigote rubio saliendo de su capucha, junto con grandes ojos amarillos, similares a los de Merlón. Su capa era color índigo, la cual se mezclaba bien con el ambiente, y tenía vestiduras blancas debajo de ello. Sus zapatos eran naranjas y la orbe en su capa era roja en vez de verde.

—Les presento a mi hijo, Merlé —introdujo Merlón.

—Hola a todos —saludó cordialmente Merlé. Su voz, aunque igual de etérea como la de los otros chamanes, tenía cierta calidez distintiva—. Mi padre dijo que tendríamos invitados pronto, pero nunca especificó exactamente cuántos.

—Detalles —musitó el Chamán más viejo.

—Por favor, pasen —invitó Merlé, al tiempo que abría la puerta.

Seguí a Olivia, Ruby, Bombkin y a Jasmine dentro antes de girarme a Bowser. Se quedó viendo a la puerta, la cual era demasiado pequeña para él.

—Es cierto, pero qué tonto soy. ¡Esperen un minuto!

Merlé alzó sus manos cubiertas por guantes cafés, los dedos alzados haciendo una especie de L con los interiores de sus índices y pulgares. Sus ojos brillaron mientras se concentraba, lentamente alejando sus manos la una de la otra. Con ese movimiento, la puerta se hizo más grande al tiempo que el frente de la casa parecía descuartizarse. Merlón le hizo señas a Bowser de que se pasase, al tiempo que él y Kamek entraron, seguidos por el resto de las tropas. Metiendo sus manos dentro de su hábito de nuevo, Merlé volvió la puerta a su forma original.

—Listo, ¡todos adentro fácilmente! —Merlé dejó que sus brazos cayeran a sus lados y se dirigió a nuestro grupo—. Guau. ¡Sí que son muchos! Supongo que vamos a necesitar a necesitar más tazas de té.

— ¿Eh? "¿Vamos?" Querido, yo tengo demasiadas cosas con las que lidiar en este momento —Merlón sacudió su cabeza—. Me temo que vas a tener que pedirle ayuda a las niñas.

—Oh, no, ¡no hay necesidad de ello! —Merlé escaneó a nuestro grupo de nuevo, contando a los trece de nosotros—. …O… puede que sí —Caminó hacia otra puerta y nos observó—. ¡Merlí! ¡Merluli! Chicas, ¿podrían venir a ayudar a su padre? Con los… ¿invitados profetizados de su abuelo?

Bajando a zancadas, dos Chamanes más aparecieron. Una tenía una bata color lirio con una túnica color lila debajo de ello, mientras que la otra tenía una túnica color orquídea con túnicas color bígaro debajo de su bata. Ambas chicas tenían largo cabello rubio que les sobresalía de la capucha, aunque la anterior tenía el cabello ligeramente rizado, mientras que la primera lo tenía ligeramente más lacio que la otra y un mechón sobresaliendo. Ambas tenían zapatos cafés y sus ojos eran iguales a los de su padre y su abuelo.

—Hola a todos, gusto en conocerlos —saludó la Chamán de color lirio, con una gracia especial en su tono—. Soy Merluli —la orbe en su bata era de color fucsia, junto con una estrella azul no sólo pegada a ella, pero también con un velo que cruzaba su rostro.

—Y yo Merlí —la Chamán de bata color orquídea saludó, mucho más energética que los anteriores. También tenía una orbe puesta en la bata, aunque de color malva, y con una estrella de color azul igual a la de la otra. Su velo, sin embargo, poseía un diseño de luna creciente—. Somos gemelas, ¡por si no lo sabían!

— ¿En qué necesitas ayuda, padre?

— ¡Para hacer el té!

Las hermanas rodaron los ojos e intercambiaron expresiones irritadas entre sí. Merlé suspiró y sacudió su cabeza.

—Tres… dos… uno-…

—Padre, ¿no puedes utilizar magia?

—Sí, ¿no sería mucho más rápido?

— ¿Y si mejor ayudamos al abuelo con los invitados?

—Oh, abuelo, ¿podemos, podemos, podemos?

—Chicas, por favor —gruñó Merlé—. Si no quieren hacer té, entonces ayúdenme a poner la mesa. Y los platos para la comida.

—… Merlí, ¿no había fortunas por leer?

—Oh, ¡es cierto! Y, eh, ¡hechizos por aprender y rollos por estudiar!

—Chicas, chicas, ayuden a su padre por un minuto —les interrumpió Merlón—. Si lo hacen, puede que les deje participar en el entrenamiento más tarde.

—Oh, ¡¿en serio abuelo?!

— ¡Eso sería fantástico!

Rápidamente, las chicas se metieron a, lo que presumo, era la cocina, cruzándose la una con la otra apresuradamente. Un cuchicheo y varios platos rotos se escucharon, al tiempo que Merlé se jalaba del bigote.

—Chicas, ¿sí conocen el antónimo de ayudar?

—Es… ¿esto?

—Probablemente sea esto.

—Definitivamente es eso —dijo Merlé acercándose a la cocina. Gruñó de solo ver la situación y se golpeó un lado del rostro con la palma de la mano antes de ir detrás de ellas.

—Bueno, es un poco pequeño, pero no hay muchas habitaciones en la casa que pueda tener a tantas personas reunidas —admitió Merlón—. El resto de ustedes podrían esperar aquí mientras llevo a Mario-… —Bowser gruñó— a Mario y a Bowser, por supuesto, al sótano.

—Espero que haya espacio para uno más —añadió Kamek—. Me da curiosidad aprender sobre este tema —se giró hacia los otros en la habitación, con la tropa de diez viéndonos—. Eh… Bombin, estás a cargo. Vigilarás al grupo hasta que regresemos.

—Señor Kamek, ¡sí señor!

— ¿Olivia? —Bowser se giró a la Blooper, quien estaba flotando.

— ¿Sí, Gran Amo Bowser?

—Lee un poco.

—Absolutamente, señor.

Merlón asintió y nos llevó a las escaleras. Alcé la vista y arqueé una ceja viendo a Bowser. — ¿Es en serio?

—Sutil, mi niño —se burló Kamek—. Sutil.

—Ay, cállense ustedes dos.

Caminamos a la siguiente habitación y observamos a Merlón yendo escaleras arriba. Encogiéndome de hombros, fui detrás de él mientras abría la puerta de arriba.

— ¿Merlú? Tenemos visitas —el Chamán viejo rió un poco—. ¿No escuchaste el ruido que tus hermanas causaron?

— ¿Estoy predestinado a encontrarme con ellos, abuelo? —la otra voz difícilmente sonaba, mucho más callada que las otras.

—Hmm, me imagino que sí, pero sería amable de tu parte que los saludaras.

—Como quieras.

Bajando las escaleras estaba un Chamán más pequeño, vestido en túnicas color azul medianoche y ropa oscura. Su bata, a diferencia de las otras, lo cubría bastante, llegando a tocar el suelo. Un mechón de cabello rubio era visible junto con los ojos amarillos iguales a los del resto de su familia, aunque los suyos parecían más… opacos. La orbe puesta en su túnica era azul pálido, con una estrella blanca como figura. Se nos quedó viendo por unos segundos, y parecía resguardarse con su túnica.

—Hola, soy Merlú —se introdujo con suavidad, no tan amable como el resto de su familia—. Como… debieron de imaginar de mi abuelo. Él lo sabe todo.

—No todo, mi niño —corrigió Merlón—, ya hemos hablado de esto.

—Este es el día exacto en el que predijiste que vendrían.

—Es cierto.

—Y mis hermanas provocaron el gran desastre que distrajo a mi padre.

—Eso también es cierto.

—Y sigo aquí arriba, estudiando los rollos que me diste.

—Muy bien —Merlón palmeó los hombros de su nieto, al tiempo que este intentaba escapar del toque—. Pero por favor, ayuda a tus hermanas. Y sé cordial con los invitados. Hay muchos de ellos.

— ¿Más?

—Sí.

Inhalando profundamente, Merlú asintió y exhaló. Nos observó un poco más antes de sacudir su cabeza y pasarnos de largo, tropezándose un poco con su túnica.

—Tendrán que perdonarlo —se disculpó Merlón—. Le he dado mucho… trabajo avanzado, recientemente. Está destinado a un gran potencial… un día.

Caminó unos pasos hacia abajo, tocó varias piedras distintas en la pared, y entonces las escaleras se transfiguraron, ahora en dirección hacia abajo.

—Vengan.

Merlón nos guió, y Kamek lo siguió muy de cerca. Bowser y yo observamos a la puerta por la que acabábamos de pasar, notando a Merlú mirarnos curiosamente antes de cerrar la puerta con fuerza.

—Nivel de timidez: Shy Guy —Bowser dijo en voz baja. Le di un pequeño golpe por estar riendo.

—Es muy distinto comparado a toda la familia —no pude evitar añadir, igual de bajo.

Abriendo otra puerta, Merlon entró adentro y movió sus manos por todos lados. Luces aparecieron y nos quedamos viendo cómo la habitación se iluminaba. Tal vez la más loca que haya visto, pues libreros llenaban todas las paredes del sótano, con libros, tubos y rollos decorando los escaparates. Un escritorio estaba puesto en el lado opuesto a las escaleras, cubierto con un gran mantel morado, al igual que muchos papeles, rollos y libros. Se parecía mucho al Estudio de Kamek en el Castillo de Bowser en ese sentido.

Merlón camino hacia el escritorio y observó a la bola de cristal encima de este. Asintió antes de girarse a un librero un par de metros de distancia, tomando una bola vacía y poniéndola también en el escritorio.

—Igual que hace rato, Mario —se giró a verme—. Sólo relájate.

Asintiendo, me quité el sombrero al tiempo que Kamek se alejaba un poco. Al observar a Bowser, noté que el Rey Koopa fruncía el ceño y esperaba, pero reluctantemente se había alejado mientras Merlón se acercaba.

— ¿Listo?

—Eh… sí.

Alzando sus manos, Merlón cubrió mi cuerpo con la misma aura de antes, y entonces movió sus manos alrededor mientras se volvía de aguamarina a rojo. Puso una en mi pecho y la otra en mi frente. Jalando, extrajo al curso de nuevo, volviéndolo una esfera. Cuidadosamente, lo puso en el contenedor y lo selló dentro. Sintiéndome mareado, di un par de pasos hacia atrás, llevándome una mano al pecho. Bowser se movió para tomarme, pero Kamek estaba más cerca y fue él quien terminó ayudándome.

—Y, ¿eso es todo? —Bowser cruzó los brazos—. ¿Ya no tendrá problemas?

—No del todo —dilucidó Merlón—. Como lo expliqué antes, esto no elimina a la maldición. Necesitaré investigarla más y hacerle pruebas para determinar de dónde vino y cómo erradicarla del sistema de Mario por completo.

— ¡¿Entonces cuál es el punto de esto?! —Bowser gruñó y golpeó a su puño con su palma.

—Bueno, para iniciar, Mario ya no tendrá ninguna pesadilla —aseguró Merlón—. O… alguna pesadilla letal que suceda cada que se desmaya repentinamente.

— ¿Cómo es que-…?

—Esos síntomas son familiares para mí —mencionó Merlón—. Es de una maldición antigua y poderosa. Naturalmente, por supuesto, esos son mucho más difíciles de erradicar a la hora de deshacerse de ellos.

—Y son más de la especialidad de un Chamán que de la de un Magikoopa —musitó Kamek.

—Explícalo —soltó Bowser.

—Por supuesto —Merlón se jaló del bigote y asintió—. El nombre se traduce a "El Asidero de Yegua" y es una maldición vieja, que data desde el rey de la tierra de las pesadillas.

—Ese título suena vagamente familiar —gruñí. Había una horrible presión encima de mí, que me consumía, me volvía más débil, pero había cierta ligereza en ello.

—Puede que lo hayas visto antes —notó Merlón—. Quizás hace mucho tiempo, o sea alguien a quien soñaste. De cuquier forma, nadie ha escuchado a tal vestía en años, así que creí que ya estaría muerto para este punto. La parte problemática es que su magia, hechizos y maldiciones todavía perduran a pesar del tiempo. Desafortunadamente, eso ha sido pasado a personas que pueden usar su magia a hoy en día.

—Entonces… ¿esto era-…?

—Uno de los más poderosos —ayudó Merlón—, y uno bastante maquiavélico, si me atrevo a decirlo. El punto era darte pesadillas de futuros potenciales, cada una con encuentros violentos y resultados desastrosos.

— ¿Son exactas? —Kamek movió su varita y puso su mano libre encima de mi hombro—. Antes lo había asumido, pero Mario encontró un escenario familiar al que sucedió en las pesadillas.

—Lo que ocurre en las pesadillas no es exacto —explicó Merlón—, pero es muy posible que suceda a través de alteraciones de los eventos. Por ejemplo, puede que las personas con las que viajaste sean distintas a las del sueño, comparadas a las de la realidad, aunque mientras que en el escenario de la vida real pueden morir, no está garantizado.

—Entonces… lo que sucedió en mis sueños, —solté—. Es… ¿realmente pasará?

—Repito, no está garantizado, así que no —Merlón se agarró del bigote—. Sin embargo, podría ser, si es que el que te lanzó la maldición sea la misma persona, o Chamán, supongo, que manipule los eventos que sean los que te trajeron aquí en la vida real. Es una especie de enlace psíquico, casi, en el que el culpable puede esencialmente meter a la víctima en situaciones y hacerla actuar para que ciertas metas se cumplan.

— ¿Y cómo conseguimos detenerlo? —Bowser observó a la maldición contenida en el escritorio.

—Tomará tiempo —reiteró Merlón—. Necesitaré hacer hechizos que localicen y deshagan esta maldición por completo para poder deducir el origen en Star Hill y al responsable de esto. De esta forma, podría llevarnos al punto de origen y apuntar al rey muerto —Merlón suspiró—. Prometo que haré todo lo posible para deshacerme de la maldición tan pronto me sea posible, pero no importa qué tan habilidoso sea, ni la gravedad de la situación, esto me llevará tiempo. Incluso esta maldición necesita al menos un día para ser maleable, o lo suficiente para que yo pueda hacer lo que quiera con ella.

—Bien —gruñó Bowser—. ¿Pero qué hay de los otros síntomas de Mario? Las pesadillas cesan, ¿y lo demás?

—Si no hay pesadillas entonces Mario ya no podrá ser dañado físicamente por ellas —iluminó Merlón—. Si tenía alucinaciones antes, entonces también deberían terminado. Magia latente podría ser posible, aunque para este punto ya debería haberse ido. Ya no habrá momentos en los que se sienta mareado o que se desmaye de la nada. Pero repito, no sólo los hechizos son capaces de provocar todo eso.

—Entonces… ¿qué se queda? —sacudí mi cabeza, pero al hacerlo sólo se amplificó el dolor.

—Tu estado emocional podría ser distinto al usual —notó Merlón—. Podrías ser más enojón.

—Y… ¿qué hay de los símbolos?

— ¿Símbolos?

—Elementos recurrentes… en los sueños o en las alucinaciones que pude haber tenido —aclaré—. Había… un montón de escenas en Star Hill-…

—Naturalmente, fue aquí donde se originó.

—Pero… eso no es todo —exhalé pesadamente, sintiéndome ligero de nuevo—. Había un templo en algunos de mis sueños. Y… también un ave.

— ¿Templo? Puede que ese haya sido el Templo de las Estrellas —murmuró Merlón—. ¿Un ave? ¿Qué tipo de ave?

—Bueno… puede que no haya sido un ave exactamente —me corregí—. Era fuego con forma de un ave.

— ¿Un ave de fuego? —Merlón saltó un poco y se giró a verme, estudiándome con ahínco—. ¿Dónde?

—Aquí, en Star Hill. Bueno, en mis sueños, de todas formas.

— ¿Y qué tipo de interacción tenías con ella?

—Em… en… la primera vez la perseguí, pero en las otras veces parecía sobrevolarme —recordé—. ¿Eso se irá también?

Ligeramente, dijo. —Un Fénix.

— ¿Disculpa?

—Quizás esa magia no se haya ido de tu sistema —teorizó Merlón mientras se iba de un lado a otro de la habitación, escaneando los libreros. Sacó un libro, al que estuvo ojeando entre páginas—. Quizás… tengas habilidades mágicas.

— ¿Yo? —alcé mi cabeza un poco—. ¿Mágico?

—Que posees magia —añadió Merlón—. Al igual que Bowser y Peach, muchos miembros de la familia real la tienen por medio de un cetro mágico. Tú, por otra parte, pareces haber encontrado habilidades transformativas basadas en los poderes de estas tierras.

—Eh… ¿eso creo? —no muy seguro de a dónde se dirigía, me encogí de hombros y pensé por un momento—. Si te refieres a utilizar las Flores de Fuego y otros poderes, pues sí, he hecho eso antes.

—Algo parecido, sí —murmuró Merlón—. Entonces naciste en uno de los reinos.

— ¿Eso creemos? Puede que mi hermano y yo lo seamos, pero no estamos completamente seguros de-…

—No era una pregunta; era un hecho —Merlón asintió—. A pesar de tu historia, hay sangre del Reino de los Hongos corriendo por tus venas. Aquellos que nacieron dentro del reino tienen posibilidades de poseer habilidades mágicas —jugó con su bigote, volteando páginas de su libro y yendo hacia los papeles de su escritorio—. Tus habilidades exactas permanecen desconocidas, y podrían estar latentes por toda tu vida, pero con los métodos exactos, podríamos desbloquearlas.

—Espera, es… ¿posible?

—En efecto —Merlón se giró hacia mí—. Con esto, te podríamos ayudar a construir una resistencia mágica en tu cuerpo, ayudándote a lidiar mejor con esta maldición. Junto con eso, podemos trabajar en descubrir qué tipo de poderes mágicos te esperan para ser desencadenados.

—O tal vez no deberíamos hacerlo —dije.

— ¡¿Qué?! —al girarme, me sorprendí al notar la repentina interrupción de Kamek—. ¿Por qué no querrías aprender magia?

—Corrompe —fue mi primera respuesta—. Miren, entiendo que tienen una larga historia estudiando y creciendo rodeados de magia, así que saben cómo contenerla. Pero he visto cómo consumió a Peach, quien por lo general no la utiliza. Bowser, tú tampoco sueles hacerlo —sacudí mi cabeza—. Probablemente no sea la mejor idea que yo lo intente.

—En realidad —corrigió Bowser—. Puede que sea otra razón para que lo hagas.

— ¿…Repítelo?

—Mario, piénsalo un poco. Peach y yo casi no tenemos disciplina en ello porque a pesar de que es parte de la sangre de nuestras familias, no podemos canalizarla sin ayuda. Y por la forma en la que lo explicó Merlón, parece que… —Bowser se giró hacia Merlón—. Puede utilizarla sin un ítem mágico, ¿no es así?

—Puede ser entrenado, sí —Merlón asintió—. En teoría, puede que tú también aprendas a hacerlo, pero no estoy tan seguro de ello.

—No es mucho problema para mí, puedo utilizar mi cetro —Bowser se volvió a mí—. Si aprendes cuáles son tus habilidades mágicas, Mario, entonces podrías mejorar tus habilidades, y podrías repeler esta maldición. ¿Quien sabe lo que podrías desbloquear? De hecho, el que aprendas magia podría ayudarnos para acabar con la guerra que está en movimiento.

— ¿De qué forma?

—Ni idea, pero todavía no sabemos qué cosas podrías aprender.

—Cierto. Pero aun así… no lo sé —me enfoqué en mi gorra—. No quiero que me pase lo que le pasó a Peach, o a to, por la sobre-estimulación de los hechizos.

—Autodisciplina es todo lo que necesitas para separar lo que puedes y no puedes hacer —persistió Bowser—. Confía en mí, sé que podemos ayudarte a utilizarlo.

—En realidad —interrumpió Merlón—. Podría no ser ninguna habilidad mágica extraordinaria. Podría ser algo simple, como hechizos simples de curación, o utilizar elementos. Nada sobresaliente, pero valdría la pena saber.

—Ok, supongo que eso estaría bien, en ese caso —murmuré—. Entonces-…

—Las ventajas son mucho más que las desventajas, Mario —Bowser se volvió hacia Merlón—. ¿Qué tan rápido puedes enseñarle?

—Eso también toma tiempo —repitió Merlón—. Sin embargo, puedo enseñarle un par de cosas rápidas si es que deciden prolongar su estadía aquí.

—Necesitamos esperar a la maldición, de todas formas, así que no tenemos opción —aceptó Bowser—. Mario, ¡tan sólo piensa en las posibilidades!

En silencio, asentí, frunciendo el ceño al ver cómo tomaban la decisión por mí. A pesar de ello, realmente quería una mejor protección contra la maldición, sí es que esta llegaba a regresar. Y honestamente, quería entender cuál era el significado del ave de fuego. Aunque no estoy muy seguro de que sea la mejor idea, necesitamos hacer algo para pasar el tiempo.

¿Por qué no aprender algo nuevo?


...

¿Su epitafio? Definitivamente es un epitafio… aunque no para mí, sino para Mario. ¡Todavía tengo capítulos por actualizar.

Pero sí, Mario está parcialmente liberado de la maldición y podrá aprender nuevas habilidades mágicas, o quizás más. O… quizás algo completamente mundano y para nada digno de ocupar su tiempo. ¿Cómo ocurrirá eso? Será determinado… ¡más tarde!

De todas formas, si desean nominar a Merlón como el personaje más ridículamente poderoso hasta ahora, pues bien por ustedes, y los apoyo en su punto de vista. El tipo sólo mueve las manos y los salvajes vuelan por los aires. Es que, ¡¿es en serio?! ¿Y qué quiere decir con esa vibra críptica de "la fortuna, yo lo sabía todo incluso antes de que ustedes llegasen" y el acto? ¡Es una locura! Pero sí, fue divertido incluir a un personaje tipo "viejo sabiondo" en la trama, pues casi no tengo tiempo de utilizarlos. ¡Por lo general tengo una gran amalgama de personajes huyendo de sus problemas! …eso sonó muy mal. Les juro que hay profundidad. ESPEREN.

Además, ¡conozcan a la familia de Merlón! Si el nombre les suena familiar, ¡qué bien por ustedes! Merlí y Merluli son otros Chamanes recurrentes en los juegos de Paper Mario, aunque no siempre son parientes de Merlón. Merlí y Merlú aparecieron sólo en el primer juego de Paper Mario, cuanto todos los Chamanes seguían siendo parientes. Aquí retomé la idea, excepto por el hecho de que las chicas son gemelas y un tanto más jóvenes que en varias situaciones. Parecía algo entretenido para añadir, y ponerlos como parientes parecía más divertido que un montón de hechiceros viviendo juntos, así que aquí tienen. ¡Yay por las familias de Chamanes!

¿Qué es eso? ¿Qué pasó con Junior al inicio? Bueno, sigue preocupado por los Koopalings, ¡así que va a enviar a un mensajero para que vaya con Bowser! Para aquellos que no lo sepan, un Toadito (Mini-Kamek) es un pequeño mensajero utilizado en ambas series de Yoshi y en la serie de Mario. Son básicamente mini Magikoopas con hélices en la cabeza y secuestran a personajes en grupos de cuatro o más… a su FINAL (al letrero de GAME OVER o algo así). Me di cuenta de que ese era una de las especies que no había incluído, ¡así que encontré la oportunidad para hacerlo! Pero como hay siete Toads a través de la serie, tendré que recurrir a llamarlos Mini-Kamek. Y sí, puede que esta sea la única vez en las que vaya a utilizarlos.

(Nota de Gem: En la versiones en español se llamaban Hechikoopas, pero tuve que traducir Toady por Toadito para que pudiera hacerse la broma de la primera escena.)

Dios, parece que me olvido de algo. ¿Esos personajes que sigo incluyendo? ¿Están dejando alguna especie de sentimiento… no, huh? Ok. Lo admito, tuvieron un deceso de importancia, desde… bueno, que aparecieron los Chamanes.

Ok, ok, hablemos del Bowsario. ¿Quieren saber qué vuelve a Bowser una fiera? Apostar a la vida de Mario. ¿Quieren saber qué logra que Mario llore? Amenazar la vida de Bowser y dejarlo incapaz de ayudar. Este es el cómo rompemos a una pareja que no sólo está esforzándose por seguir junta, pero que también se queda junta a pesar de que el mundo le gusta separarlos. Ah, los feels. ¡Yay! Oh, ¿no yay? No yay. Ok.

Pero sí, realmente disfruté los momentos de confort, como en el que Mario se deshace de las preocupaciones de Bowser rápidamente, o cuando Bowser tranquiliza a Mario después de sus situaciones de Déjà vu. Y a pesar de eso, Bowser insiste en que Mario aprenda magia… ¿se estará volviendo un poco sobreprotector? O tal vez puede que realmente estén así de aburridos y se pongan a hacer cualquier cosa para pasar el tiempo. ¡¿Quién sabe?! … esa es mi labor, ¿no? Rayos.

¿Qué les viene encima con esta nueva ruta explorada en Star Hill? Quién sabe, pero no lo averiguaremos en el siguiente capítulo. En vez de ello, ¡iremos hacia el Reino de los Hongos! ¿Recuerdan toda esa situación con Peach y Luici, en la que… oh, Luigi soltó la sopa? Oh. OH. Rayos. Me pregunto qué pasará. Y la nueva pareja finalmente tendrá su primer momento, ¡en vez de tenerme haciéndoles preguntarse cuál será la nueva pareja! ¡Hurra! … Esperen, yo no hago eso, en serio. Este es sólo un gran malentendido, puedo explicarlo, ¡ESPEREN UN SEGUNDO!

P.D. ¿Alguien se fijó en que Merlón estaba coqueteando con Mario? Opd, son mi nueva OTP. En verdad… ok, no, bromeo. Eso y quería ver a Bowser reaccionar mientras que Merlón jugaba con sus mentes. Porque aparentemente el viejo tiene sus trucos.

Bueno, lo mismo de siempre: la retroalimentación siempre es apreciada y es más que excelente, así que por favor dejen un mensaje o un review. Trato de contestarlos cada que me es posible, a menos que seas un invitado, que ahí no puedo, o tal vez que el sitio se caiga y me la pase llorando frente a la computadora. WOW, ando muy personal el día de hoy, ¿eh? Mejor no. De todas formas, comentarios críticas, y preguntas ¡son todos bienvenidos!

Oh, y me gustaría tomar un momento para mencionar que, hey hola, este es el quinceavo fanfic Más Seguido en el archivo de Mario¡! Es fantástico, ¡muchas gracias, seguidores! Y está en los 50 más comentados¡! Y me parece que casi llega a los 50 más favoriteados, ¡así que muchas gracias también a ustedes los que lo favoritean! La verdad no tengo idea de si estas estadísticas sean muy importantes, pero me hacen sentir importante, y ayudan a que el fanfic se muestre más rápido en las páginas de resultados en vez de estar perdido para siempre, así que eso siempre son buenas noticias.

Y eso es todo, ¡ya he hablado demasiado, y se pondrá todo peor en el siguiente capítulo! Y no debería hacer promesas falsa sobre el siguiente capítulo cuando ni siquiera sé cuántas palabras va a tener. A pesar de eso, muchas gracias por seguir leyendo el fanfic. Espero que sigan disfrutándolo.

La vida real me ha consumido, tenía un poco más de la mitad del capítulo lista desde abril, pero le flojeé y estuve muy enfocada en la escuela que se me había olvidado que esta traducción todavía seguía en progreso.

Ejem.

FINALMENTE TRADUJE LA ESCENA QUE QUISE TRADUCIR POR TRES AÑOS. Así es, la escena en la que Merlón les explica lo que sucede ha sido gran parte de mis razones para no dejar abandonada esta traducción, pues este, el siguiente y el que le sigue son de mis favoritos, ggg. Aunque el siguiente capítulo casi no tiene mucho contenido de Mario y de él aprendiendo magia admito que es de esa forma en la que inicia. Esta semana finalmente salgo de vacaciones, así que es probable que actualice entre esta semana y la siguiente porque en tres días cumplo tres años traduciendo este fic -cries in Spanish- De igual forma, es todo lo que tengo que ofrecer, al rato corregiré unos cuantos errores de dedo y me iré a traducir el capítulo 34. Uff, realmente necesitaba volver a traducir.

gemini in tauro, 10 de junio de 2019—