Cuatro meses después

No pudo evitar reír al escuchar las voces desafinadas.

- ¡Hey! - se quejó Bree golpeando su hombro. - Quiero escucharte cantar Bon Jovi.

Edward sólo le sonrió de lado negando.

- No sé cantar.

- Aún no sabes. - James lo detuvo. - Denle unas cervezas, quiero verlo cantar.

Su orden fue obedecida por Jason, un amigo de James, que de inmediato le destapó una botella y se la entregó.

- Apresúrate Masen, no te hagas de rogar. - Jason lo retó amistosamente.

Tomó la cerveza pero bebió un pequeño sorbo.

- ¿Quién conduce hoy? - preguntó una preocupada Bree.

- Derek, él se ofreció. - le contestó dando otro sorbo.

Derek era un amigo de la universidad de James. Era su nuevo Edward según él. Fue su compañero de dormitorio y un gran amigo con el que todavía tenía contacto. Derek trabajaba en la bolsa de valores de Londres, recién había empezado así que lo único que hacía era llevar papeles por todos lados.

- Oh. - contestó levantando las cejas. - ¿Entonces hoy beberás?

Bree parecía sorprendida. Edward llevaba un par de meses tratando de dejar esa costumbre después de perderse por dos días en Londres después de excederse con el alcohol, James y Derek lo encontraron en un parque a casi una hora de distancia. La vergüenza fue tanta que prometió empezar a medirse, no tenía dinero suficiente para gastarlo en vicios de todas maneras, por lo que casi siempre se auto impuso ser el encargado de llevar a sus amigos de regreso a casa luego de salir juntos los fines de semana. James o Derek ofrecían su auto y él manejaba.

- Beberé un poco. - admitió mirando su cerveza. - Quería relajarme.

- ¡Y celebrar! - gritó James más que emocionado. - ¡Al fin lo logró!

Edward puso los ojos en blanco.

- Vender un auto en la concesionaría es algo que ocurre todos los días.

- Pero fue tu primera venta. Tenemos que celebrarlo. - le recordó apuntándolo con un dedo.

Edward le sonrió agradecido. Realmente se sentía aliviado de haberlo logrado. Jamás se imaginó vendiendo autos o cualquier cosa en realidad, siempre considero que no tenía habilidades sociales suficientes para lograrlo pero cuando la oportunidad de conseguir una plaza en la concesionaria se presento la tomó sin dudar. Había estado trabajando como barman en un par de pubs de la zona pero estaba cansado de ese rubro y en realidad no recibía una buena paga. Había logrado esta venta luego de dos semanas en la concesionaria y se apoyo en lo mucho que estudio los diferentes modelos que se comercializaban contra otros de otras marcas. De alguna manera logró convencer de la venta a un hombre que entró algo inseguro unos días antes y que regreso dos veces más con dudas. Cuando la compra se concretó estuvo muy feliz y realizado, no era su sueño ser vendedor de autos pero no se sentía decaído o frustrado como imagino en su momento que se sentiría.

- Edward. - Bree lo llamó para recuperar su atención. - ¿Quieres ir a fuera?

Desde que se volvieron a ver la amistad con Bree se recuperó de inmediato. Ambos eran compatibles y siempre se divertían, por esa razón ella había empezado a viajar con más regularidad a Londres y también sus llamadas llegaban sin falta casi todos los días. Había sido algo reticente a contarle todos los detalles de su vida, le seguía costando mucho dejar que la gente se entere de lo mal que le había ido en esos años. Se había visto obligado a mencionar a Bella, fue inevitable, había viajado al funeral de su suegro para ser abandonado un día después. Era una gran historia que contar. Por supuesto que tanto James como Bree de pusieron de su parte indignados por el comportamiento de Bella. ¿Y te compró un boleto de avión? aún recordaba las preguntas indignadas ¿Te dejó por teléfono? Fue difícil explicarles que no estaba molesto con ella por hacerlo, que él también creía que habían jodido todo antes de empezarlo y estaban tan heridos que no querían continuar juntos. Estas mejor sin ella, esa era la frase que más repetían pero aún no terminaba de procesarla.

- Claro. - buscó de inmediato sus cigarrillos para salir fuera del lugar con ellos.

Afuera del pub karaoke hacía mucho frío. Por lo que se apuró en quitarse la chaqueta y colocársela a Bree para protegerla.

- Gracias. - Bree se sonrojó y le sonrió.

Edward se encogió de hombros restándole importancia mientras encendía su cigarrillo. Aspiró agradecido por la sensación de tranquilidad que le brindó.

- ¿Te gusta Londres? - le preguntó ella mientras se apoyaban contra una pared.

- En realidad si. Tiene algo que me recuerda a Forks, no sé que es pero me hace sentir cómodo. Cuando vivía en Los Angeles no se sentía así, pero igual no me molestaría volver. - Edward le dió otra calada a su cigarro.

- Deberías conocer Manchester. - le aseguró animada. - Pueden quedarse en mi apartamento un fin de semana, vivo en una zona universitaria así que hay muchos pubs a los que podríamos ir además quisiera presentarles a mis amigos, he dejado de salir con ellos por ustedes.

Edward rió asintiendo.

- Claro. - animado. Le gustaba la idea de conocer más el país.

- Genial. - Bree sonrió.

Tenía una bonita sonrisa.

El aspecto físico de Bree había cambiado mucho desde la secundaria. Empezando por su cabello que había sido aclarado y luego la ausencia de alguna imperfección en el rostro. No tenía curvas exageradas pero su cuerpo era bonito. Quizás su mayor atractivo eran sus cejas pronunciadas que en la adolescencia ella solía odiar y depilar hasta casi desaparecerlas.

- Me gustan tus tatuajes. - Bree señaló acariciando su brazo donde se podía ver el inicio del trival.

Edward remangó aún más su camiseta para que tenga una mejor vista de él.

- Es un tribal Haida, los símbolos se asemejan a un lobo. Según la creencia al tatuártelo adquieres la fortaleza del animal. Un amigo en Forks me lo enseñó hace muchos años y en un momento de mi vida lo vi como un tatuaje ideal.

Bree parecía impresionada por lo que comentaba.

- Eso suena genial.

- Si. - de pronto se sintió decaído. Su memoria no pudo evitar recordar cuando Bella le preguntó por sus tatuajes y él se negó a responderle con la verdad. No quiso que ella supiera lo que pensaba en cambio con Bree todo era más fácil y natural.

- ¿Tienes más? - preguntó curiosa.

- Si pero estan en mi pecho y costillas. - se señaló sobre la ropa. - No me desvestiré aquí para enseñártelos. - rió relajado.

- ¿Ni por un par de cervezas? - Bree le sonrió retadora pero el negó. - Dame tu precio Masen.

Edward se burló de su pose de gánster antes de poner los ojos en blanco.

- No soy un chico barato Tanner. Te costaré más de lo que crees.

- Creo que podré con ello.

Ambos se retaron con la mirada antes de reír de nuevo. Edward se alegraba de tenerla de nuevo en su vida. Llevaba mucho tiempo sin bromear tranquilo o reír tan seguido. Hace mucho su vida se había vuelto tan gris y frustrante que no había notado que el peso de la amistad en ella era algo muy importante para poder sobrellevarla. Agradecía tener amigos cerca, Rosalie estuvo junto a él en Los Angeles pero su vida en ese entonces giraba entorno a Damon así que tuvieron pocas oportunidades para divertirse de esa manera.

- ¿No entrarán? - Derek asomó su cabeza en busca de ellos.

- Terminaré mi cigarro primero. - le indicó Edward con tranquilidad.

- ¿Bree? - le preguntó a su amiga.

- Lo acompañaré.

El muchacho parecía decepcionado por su respuesta, aún así se fue dejándolos.

- Pobre Derek. - suspiró mirándola. - Deberías darle una oportunidad, ha estado buscando tu atención.

Bree levantó las cejas sorprendida.

- Eso no puede ser cierto.

- Claro que si. - se rió de ella. - Deberías verlo intentando buscar temas de conversación contigo. Lo conoces hace mucho tiempo, deberías haberlo notado.

Bree parecía confundida y se quedó meditando unos segundos.

Edward por su parte se imagino a si mismo en una situación similar. La imagen era difícil de conseguir ya que no podía imaginar a otra mujer junto a él o que le interesara. Era bastante frustrante seguir teniendo la imagen de Bella tan presente. Toda su vida había sido así y recién era consciente de ello. Antes cuando odiaba su trabajo o discutía con sus jefes pensaba que no debía estar ahí, que no se merecía ese trato y la única razón por la que no había conseguido algo mejor era porque Bella había arruinado su vida. También antes cuando se acostaba con mujeres no podía evitar evocar el recuerdo de Bella en su memoria aunque sea por un segundo pero había escuchado que era normal tener presente a quien fue tu primera vez, ya que era una referencia que no iba a olvidar. Su recuerdo siempre estuvo presente pero luego de nuevos momentos compartidos sus recuerdos se habían convertido en añoranzas. Extrañaba vivir cosas tan básicas como despertar con ella todos los días, sus caricias en su pecho cuando trataba de despertarlo con suaves besos o cuando se duchaban juntos y él terminaba mareado con su olor a fresa. Al principio cuando estas añoranzas aparecieron creyó que se irían con el tiempo, ¿el ser humano es un ser de costumbres, no? Y ellos habían vivido juntos así que era obvio que el cambio le afectaría pero la pena no se iba.

Por otro lado aún sentía la desazón de no haberla vuelto a ver. Cuando se apareció el chófer de Jasper con su maleta y no Bella en persona en el aeropuerto al día siguiente de terminar su relación, sintió que el piso se abría o que un terremoto sacudía su estabilidad. La realidad lo golpeó tan fuerte que luego de tomar el boleto y la maleta se quedó mirando a la nada por mucho tiempo después que el chófer se fuera. No viajo. Se encontró regresando al departamento de James, donde lo esperó hasta que regresó de su trabajo y le pidió alojamiento hasta que pudiera encontrar algo por sí mismo. Su amigo no dudo en aceptarlo.

Esa desazón de sentirse arrancado de su vida era doloroso. Se sentía una enfermedad o plaga que necesitaba eliminar por salud. Y no escapaba de la realidad ya que lo que tenían no era sano.

- Tierra llamando a Edward. - Bree llamó su atención.

- Perdón.

- Otra vez viajaste a Edwardlandia.

El cobrizo sólo le sonrió y volvió a darle una calada a su cigarro.

- Deberías dejar de fumar. - Bree empezó. - Como médico te lo sugiero. No es bueno para tu salud.

- Me ayuda con la ansiedad.

- Debes cambiar de vicio a uno más sano.

- Me pides algo muy difícil de lograr, llevo años fumando.

- Eh chicos. - James apareció de pronto. - Este sitio ya va a cerrar.

Sorprendidos vieron la hora y notaron que ya amanecería.

- Vamos a casa.

Cuando Edward manejaba Bree solía ser la copiloto pero al ser Derek ella se sentó junto a él en el asiento trasero. James lanzó una risita al verlos.

- Me siento otra vez en la secundaria.

- Oh cállate. - Edward se quejó.

Derek dejo a Jason primero ya que su departamento era el más cercano. Jason era un buen amigo, Edward lo conoció a los días de quedarse en casa de James porque él pasaba mucho tiempo ahí también. Jason vivía con su novia pero su relación siempre estaba en problemas por lo que los fines de semana o cualquier día de la semana huía con ellos para divertirse. Cuando lo dejaron se notaba el cambio en su rostro a uno apesadumbrado.

- Parece que va a su juicio final. - comentó Derek cuando dejaron a Jason.

- Gianna no debe estar contenta por la hora.

- No entiendo el comportamiento de Jason, Gianna es una preciosidad y es muy divertida. ¿Por qué siempre esta escapando de ella? - Bree lucía confundida.

- Se mudaron juntos hace poco y las cosas no van bien. - James le contó relajado para luego agregar. - Debe ser un martirio eso de vivir en pareja, que te controlen los horarios y cuantas veces te duchas. Debe ser como vivir con tu madre otra vez.

Derek y Edward no tardaron en reírse.

- ¡Y ustedes le dan la razón! - gruñó Bree indignada mirándolos.

- Hey no... - Derek nervioso empezó a negar.

- No es como él dice. - admitió Edward aún sonriendo divertido. - James sólo ha vivido con su madre por eso opina de esa manera. Pero vivir con tu novia no tiene nada de espantoso, a mi me gusto.

- ¿Viviste con Swan? - Bree boqueó un poco digiriendo la información.

- Si. - admitió pasando una mano por sus cabellos. - No me controlaba el horario pero si se preocupaba si tardaba demasiado, tanto que terminaba llamándome, pero era porque pensaba que algo malo podía pasarme, durante esos meses yo tenía un brazo roto y heridas así que siempre estaba muy pendiente. Sobre las duchas... - rasco su nuca. - Bueno eso es parte de la intimidad de cada pareja, quizás a tu próxima novia no le importe que te bañes una vez a la semana.

Edward y Derek rieron.

- ¿Viste James? - se burló Derek. - Es probable que encuentres alguna mujer con problemas de olfato. Aún existe esperanza para ti.

- Muy graciosos. - bufó James. - Aún así no le veo lo beneficioso. Jason ha perdido independencia.

- Por supuesto que tiene beneficios. - defendió Edward.

- Sobre todo el sexo, amigo. - rió Derek.

Edward no contestó ya que durante sus meses con Bella no habían tenido sexo más que una sola vez.

- Hombres. - Bree comentó poniendo los ojos en blanco.

Edward se perdió en sus pensamientos. De pronto admitió que desearía haberla besado más y también haberla tocado más, se habían acostado en pocas ocasiones pero recordaba cada una. Quizás si hubieran sido una pareja normal su vida sexual hubiera sido diferente.

- Ya casi llegamos, Bree. - Derek llamó su atención mientras se acercaba al hotel donde se hospedaba siempre.

- Bree, deberías dejar de quedarte en hoteles. - se quejó James. - Hemos comprado un sofá cama para que Edward esté más cómodo pero es gigante y puedes dormir con él ahí cuando llegues.

Derek freno tan pronto que los tres terminaron contra el asiento delantero.

- Per... perdón un gato se cruzo. - se disculpó nervioso.

- Cuidado hombre. - se quejó James entrecerrando los ojos. - Mi nariz costó bastante.

Edward no tardó en partirse de risa. James golpeó su nariz cuando jugaban baloncesto en la secundaria, quedó con el tabique desviado por lo que solía roncar mientras dormía. Cuando tuvo el dinero suficiente se operó eliminando ese defecto.

- Lo siento. - repitió Derek siguiendo su camino.

- Bree te arreglará la nariz cuando sea cirujana plástica. - Edward le quitó importancia.

- Yo estoy dudando de mi especialidad y más si sólo operaré narices feas.

Edward no pudo evitar reír antes de preguntar.

- ¿No era lo que más querías?

- Antes si pero esta semana me toco hacer rondas y asistir en esa área y fue aburrido. En trauma estuve viviendo adrenalina pura unos días antes.

- Que bueno que puedas probar las diferentes especialidades antes de definirlo.

- Lo es. - admitió Bree.

- Masen ya deberías apuntarte en la universidad. Pide tu financiamiento y empieza. - le sugirió James. - Medicina siempre te gusto.

- Empezaría a ejercer cuando tenga cuarenta.

- Estas exagerando. - Bree se apuró en contestarle. - Unos años antes podras empezar tu internado.

- Estoy diez años atrasado. - insistió. - Además ya tengo trabajo.

- Pero no es lo que querías para ti, vamos hombre.

- Yo te ayudaré. - Bree se ofreció de inmediato. - Tienes clases particulares aseguradas.

Edward le sonrió agradecido pero seguía dudando.

Cuando llegaron al hotel de Bree le devolvió la chaqueta con una sonrisa.

- Llamame cuando despiertes. - le pidió su amiga bajando luego de haberse despedido de sus amigos.

Cuando se perdió dentro del edificio James lanzó un silbido.

- La traes muerta. - señalo sin reparos. - Deberías ya darle una oportunidad a lo suyo. Bree es preciosa y ustedes siempre se han llevado muy bien.

Edward se removió incómodo al escucharlo.

- Somos amigos.

- Ella no te ve como un amigo. Nunca lo ha hecho.

Edward suspiró mortificado.

- ¿Crees que le estoy dando alas con mi comportamiento?

- Te has comportado como su amigo pero ella lo confunde con facilidad, siempre le has gustado Edward.

El cobrizo se lamentó con una mueca.

- Si no estas interesado deberías alejarte. La vas a lastimar. - Derek intervino mostrando su molestia.

- Debiste actuar antes Derek. - James empezó a reprenderlo. - Te presente a Bree hace años y jamás te has atrevido a invitarla a salir. Ahora debes lidiar con esto sin molestarte.

Derek apretó más fuerte el timón pero no contestó.

- No quiero lastimarla. - se lamentó Edward.

- ¿Por qué no intentas salir con ella? Sino funciona bueno pueden ser amigos, yo creo que son lo suficientemente unidos para eso.

- Pero es posible que no funcione. Sólo he tenido una novia en mi vida y no fue la mejor relación. No me siento preparado.

- Sin probar no sabrás si lo estas. Además Bella ya es parte de tu pasado.

Edward se quedó en silencio.

- ¿Es tu pasado, verdad? - insistió James.

El cobrizo dudo mientras miraba por la ventana.

- Hombre. - James atrajo su atención. - Lo que ustedes tenían no era un noviazgo sano, tú mismo aceptaste que no has podido superar lo que paso en la secundaria y que eso era un problema constante entre ustedes.

Edward asintió dándole la razón. James no sabía todo lo que habían vivido pero no estaba lejos de la verdad.

- Si. Estuvo mal pero debo admitir que hay cosas que desearía haber hecho de otra manera. - admitió después de meditar un par de segundos. - Conoció a mis padres y viví con ella. La conocí en otros aspectos y realmente me gustaban. Lástima que no supiera verlo en su momento.

No podía evitar lamentarse su comportamiento y a veces como en ese momento, donde el alcohol ayudaba a ser honesto consigo mismo, sentía un dolor en su pecho que lo dejaba sin aire. Hubiera dado lo que sea por evitar todo el daño que estuvo en sus manos evitar.

- Nunca es tarde. - murmuró Derek.

- Con Isabella Swan si. - insistió James. - Ella te dejó. Por teléfono. - enfatizó indignado. - Ya no te quería Masen, además es Bella dudo mucho que no este ya saliendo con alguien más.

¿Bella con otro? Gruñó al imaginarlo pero si era una posibilidad. Por lo que sabía de ella era probable que tardara en volver a salir con alguien, lo que tuvieron fue demasiado tóxico como para superarlo en unos meses, pero pretendientes no le faltarían. Recordó al imbecil de Dimitri y su cortejo. Tal vez él ya estuviera detrás de ella aunque debía admitir que quizás alguien más parecido a ella si podría hacerla feliz. Saberlo no impedía que le doliera sin embargo no quiso verlo como algo negativo después de todo quería que sea feliz.

- Búscala Masen. - insistió Derek mirándolo por el retrovisor. - No te quedes sin hacer algo como yo.

- No sabes lo que le estás aconsejando. - James parecía indignado. - Ella no le conviene.

Las palabras de su amigo le recordaron a ella.

Saco lo peor de ti.

- No es buena para mí. - susurró para sí mismo por el recuerdo.

- ¿Viste? - insistió James. - Déjala atrás, ella ya te dejó atrás también.

Adiós Edward, siempre te amaré.

Desearía poder dejar atrás sus palabras también.

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Nuevo capítulo, doloroso también. Hemos recuperado a Bree y a James! Díganme que les pareció el capítulo