Imagen 282
Padre
Cubierta de polvo y con el cabello revuelto, aunque bien oculto en una gorra roja, Bulma escarbaba en una pila de objetos obsoletos. Viejos robots que no cumplieron con los estándares de la época, muebles de antaño que fueron reemplazados por otros mejores.
Se limpió la frente, llevaba casi una hora buscando lo que creía sería la clave para dar inicio con un proyecto que tal vez, en el mejor de los casos, pudiera borrar el nefasto presente que le tocaba vivir. O, en el peor, podría borrar completamente su existencia. Por muy incierto que fuere el resultado ella estaba dispuesta a intentarlo. Ella era la única capaz de lograrlo.
Por supuesto que tal medida sólo sería una mera opción. Gohan se había vuelto increíblemente fuerte y, como su padre había hecho tantas veces, terminaría ganando esa interminable batalla.
Repentinamente dejó de escuchar el ruido de las cosas moverse y, como toda madre, se percató inmediatamente del silencio y se giró al pequeño Trunks.
Su corazón se paralizó al encontrarlo sosteniendo la vieja armadura de Vegeta. Esa que, sin saber exactamente por qué, había conservado luego de su muerte.
Se preguntó entonces qué pasaría por su joven mente, ya que su hijo, a diferencia de ella, era complicado con las palabras. Tal vez estaría preguntándose cómo era él, si eran parecidos, o qué sería de él si su padre hubiera estado presente. Preguntas que cualquier niño en su situación se habría hecho.
Sin embargo no era la incertidumbre de Trunks lo que le acongojaba… sino las desafortunadas respuestas a cada una de las preguntas que él se hiciera.
Al ver su rostro infantil con el ceño fruncido, examinando aquella pieza como si fuera a decirle algo que no supiera, se cuestionó si debía ser sincera. Había elegido rigurosamente las palabras que había usado para describirlo, pues no podía pronunciar los horrores que Vegeta había causado sin manchar la preciosa sonrisa de su hijo. Tal vez cuando sea mayor, se dijo, pero sin importar cuántos años tuviera, que fuera un hombre en todos los sentidos, un guerrero, maduro, inquebrantable, ella jamás podría ser del todo honesta.
Entonces sonrió débilmente.
Creo que no está aquí, dijo aparentando estar distraída para que él no se percatara de que lo había estado observando. Trunks dejó la armadura donde la había encontrado y cambió el gesto.
Vegeta podría haber terminado con más vidas de las que podría recordar, sin remordimientos, sin conciencia, bien podría estar pasando la eternidad en el infierno condenado por sus decisiones, pero su recuerdo jamás serviría para ensombrecer a su hijo.
Bulma decidió ese día que debía simular que todos los horrores que el padre de su hijo había infringido en la galaxia no llegaría jamás a sus oídos, porque Trunks era la única luz que iluminaba su camino entre tanta oscuridad. Y sí, probablemente Vegeta era a primera impresión un ser sumido en oscuridad, pero Bulma sabía que cuando él lo pregunte le diría su verdad.
Cuando ese día llegó, lo dijo:
También tenía sus cualidades. Era un hombre muy orgulloso y nunca demostró ser amable con los demás... pero yo sabía lo que era tu padre.