Disclaimer: Tanto Dragon Ball Z como Naruto no me pertenecen, son obra de Akira Toriyama y Masashi Kishimoto respectivamente, pero mi imaginación me dio para juntarlos en una situación que nunca de los nuncas va a ocurrir T.T... solo en mi cabeza.

He aquí algunas aclaraciones:

-letra normal- Diálogos

-letra cursiva- Pensamientos y contenido de flashback (lo especificaré)

-letra en negritas- Anuncio del Flashback

Bien, sin más por el momento, les dejo el primer capítulo...


Los primeros y cálidos rayos del sol matutino se colaban entre las cortinas de la habitación de cierta peliazul, los cuales anunciaban que un nuevo y hermoso día había dado comienzo.

Con pesadez estiró los brazos, se sentó en la cama y dio un gran bostezo. Acto seguido, cogió su bata, su toalla y se dirigió a la ducha. Al salir tomó su atuendo, se vistió, maquilló y echó una última mirada al espejo, regalándose un guiño de satisfacción al observarse detenidamente y ver lo hermosa que era.

-Vaya, sí que eres hermosa, Bra. Todos los hombres mueren por ti jojojo –se dijo mientras miraba su reflejo.

Bajó a toda prisa para desayunar y reunirse con Pan para ir de compras. No es que a la nieta del hombre más fuerte del universo le gustara adentrarse entre la ruidosa multitud de gente en el centro comercial, pero su estrecha amistad con la hija del Príncipe de los Saiyajin le permitía soportar aquel barullo.

Los días que estaba de vacaciones era lo mismo. Despertaba tarde para encontrarse con su padre en la mesa para el almuerzo. Vegeta se levantaba todos los días muy temprano para entrenar arduamente en la capsula de gravedad que su esposa, Bulma, diseñó exclusivamente para que el Príncipe saciara su ambición de poder. Las únicas veces que el saiyajin salía era para comer, ducharse y dormir. Claro, eso cuando no había amenaza que lo alejase de su santuario de gravedad aumentada. Bra amaba los momentos que podía compartir con el solitario Príncipe. Ella sabía que era la única persona que podía hacer de su padre una persona consentidora y eso le encantaba.

-¡Buenos días, papá! –acto seguido, la peliazul depositó un tierno beso en la mejilla de su padre.

-Hmph ¿ya está listo el desayuno?

-Ya le encargué a uno de los robots que lo trajera. El día de hoy amanecí con mucha hambre, supongo que tú también tienes mucha hambre, ¿no, papi?

-Así es. Para que el cuerpo de un guerrero esté en óptimas condiciones es necesario alimentarse bien para recuperar las energías que ha perdido durante el entrenamiento o la batalla. Y a propósito, ¿cuándo será el día en que dejes las tonterías y te pongas a entrenar como es debido? –esa última pregunta le sonó a Bra más a una sentencia.

-¡Papá! Ya te dije que esas cosas no me interesan. Una linda chica como yo no puede ir por la vida pateando traseros a diestra y siniestra. Tengo que comportarme a la altura.

-Hmph –Vegeta se limitó a ignorar el superficial comentario de su princesa y se dispuso a degustar… o a devorar… los alimentos que ya estaban sobre la mesa.

La joven tampoco se quedaba atrás. A pesar de ser una hija de padres millonarios y de etiqueta, no podía simplemente olvidar su naturaleza saiyajin y, como buena descendiente del Príncipe, aniquiló el desayuno sin dejar rastro, aunque de una forma más educada que la de su padre.

En Capsule Corp se encontraba trabajando arduamente un joven pelilila. Desde que la Tierra vivía en un periodo casi interminable de paz, Trunks optó por tomar las riendas de la empresa de su madre y dejar en segundo, o tercer plano, los entrenamientos con su padre.

-Bien, si logro terminar con todo esto a tiempo podré ir a casa de Goten – se dijo mientras sostenía una hoja de papel en cada mano y alternaba la vista entre una y otra.

-Hola hijo. Vaya, veo que le estás poniendo mucho empeño al trabajo de hoy. Eso me alegra mucho –le dijo Bulma mientras tomaba una silla del otro lado del escritorio y se sentaba –Había pensado en dejarte ir temprano el día de hoy. Como veo que le estás poniendo entusiasmo al proyecto creo que te mereces un descanso, ¿qué te parece?

El joven, que hasta el momento no había apartado su vista de las hojas en sus manos, levantó la vista y la dirigió a su madre, quien lo observaba con una sonrisa.

-¿De verdad? ¿Lo dices en serio? ¡Gracias mamá! –decía emocionado mientras guardaba la enorme cantidad de papeles en los cajones de su escritorio. –Iré a casa de Goten un rato. Vuelvo para la cena.

-Está bien hijo, cuídate mucho –se despedía la madre.

Ni siquiera se tomó la molestia de salir por la puerta principal de la corporación. Simplemente salió por la ventana de su oficina y emprendió el vuelo a toda velocidad con dirección a la casa de los Son.

Muy apartado de la ciudad, en la bella Montaña Paoz se encontraban dos jóvenes recostados en el verde y fresco pasto, disfrutando de la vista del cielo despejado que comenzaba a teñirse de naranja. Después de una sesión de entrenamiento nada ardua, sólo por diversión, se detuvieron a descansar.

-Y dime, Trunks, ¿has salido con alguna chica guapa últimamente?

-¿Mmmm? Pero qué preguntas haces, Goten. Sabes muy bien que la empresa de mi madre es de tiempo completo. No me sobra tiempo para salir con alguna chica.

-Jajaja pues qué pena me da tu caso, porque yo estoy saliendo con una chica muy linda y me la he pasado de maravilla –presumía el más pequeño de los Son.

La conversación casual, que no llevaba a ningún lado según Trunks, se vio interrumpida al percatarse ambos de un par de presencias muy conocidas para ellos. Pocos segundos después observaron a Bra y Pan descender de los cielos llenas de bolsas que delataban su escapada al centro comercial. Los cuatro comenzaron una divertida conversación que poco a poco los obligaba a recordar momentos cómicos, otros difíciles y algunos otros tristes. El tiempo pasaba y ninguno se percató de lo tarde que era hasta que la peliazul gritó:

-¡Cielos! Trunks, mamá se pondrá furiosa si nos tardamos más de la cuenta.

-¿Qué? ¡Es cierto! Goten, Pan; Bra y yo debemos irnos ahora. Mamá será indulgente si sabe que al menos estábamos juntos hasta tarde.

-¿Es eso o temen que el Sr. Vegeta se termine toda la cena?

-Muy gracioso, Goten. Este no es el momento para bromas –reprendía la peliazul, mientras Goten y Trunks se reían en complicidad.

-Mi querida Bra, siempre es el momento perfecto para las bromas.

-Basta de bromas, tío Goten. Cuídense mucho. –se despidió Pan de sus amigos y se puso roja cuando Trunks se acercó a darle un beso en la mejilla.

-Bye, Goten –se acercó Bra coqueta a él y se despidió de beso.

-Adiós, Bra –le dijo el pelinegro revolviendo el largo cabello de ella de forma tierna, lo que decepcionó y puso molesta a la peliazul.

Camino a su hogar situado en la ruidosa y exuberante Capital del Oeste, los hermanos Briefs volaban a toda velocidad, o eso intentaban, ya que Bra no era tan veloz como Trunks y éste último tenía que volar al ritmo de su hermana. Sin embargo, gracias a la poca velocidad con la que volaban, pudieron observar a lo lejos un resplandor inusual en aquella zona.

-¿Qué será eso que brilla a lo lejos? –preguntó Bra en voz alta más para sí misma que para Trunks.

-No tengo idea. Esa luz no pertenece a ninguna casa por aquí cerca ni nada parecido. Es muy extraña –dejo pensativo.

-Vayamos a ver de qué se trata –Decía Bra mientras tomaba rumbo hacia el resplandor.

-De acuerdo –Le siguió su hermano.

Ambos se acercaban para averiguar de dónde provenía la misteriosa luz. Bra iba por simple curiosidad; lo arriesgado y lo desconocido le divertía, mientras que Trunks se cercioraba que no fuese algún tipo de amenaza que pudiese dar por terminado el periodo de paz en el que se encontraban viviendo. Así que, sin titubeos, ambos se encontraban frente a la fuente de tan resplandeciente luz que poco a poco comenzó a subir de intensidad hasta absorber el cuerpo de los dos saiyajin.


La mañana anunciaba su aparición mediante un sol radiante que se colocaba en pleno cielo despejado. Sus ojos se iban abriendo lentamente, casi deseando no haber sobrevivido a la batalla anterior. Todo su cuerpo le dolía, pero no se comparaba para nada con el dolor que había en su corazón. Se incorporó sobre la suave cama de hospital y giró su cabeza para observar el cuerpo de su compañero que yacía plácidamente dormido en la cama de al lado. Parecía como si estuviese satisfecho con lo ocurrido el día anterior, o… ¿hace unos días? ¿semanas? Ni siquiera estaba seguro de cuánto tiempo había permanecido inconsciente. Volvió su vista al techo intentando poner en orden el caos en su mente, pero entre más lo intentaba, más convencido estaba de que no lograría su objetivo. Se sentía confundido y profundamente dolido.

-¡Sasuke-kun! –sintió como un par de brazos se enredaban en su cuello, mientras la dueña de esos brazos sollozaba y murmuraba algo que no lograba entender completamente.

-…

-Me alegra que por fin hayas despertado –Decía Sakura mientras se limpiaba las lágrimas que minutos antes había derramado sobre el hombro del Uchiha.

Sasuke Uchiha no tenía ni idea de lo pendiente que Sakura estuvo de él todo el tiempo que permaneció inconsciente en el hospital. También había puesto especial atención al cuidado de Naruto, quien se encontraba todavía en pleno sueño, pero el volver a recibir a su compañero de equipo y gran amor, simplemente le hacía recobrar el ánimo y la alegría de vivir. Finalmente Naruto había cumplido su promesa, había traído de vuelta a quien tanto amaba y emplearía todo lo que estuviera a su alcance para hacerlo completamente feliz.

Pero la Haruno tampoco tenía idea del torbellino de emociones que surcaban la mente de un Sasuke herido por la muerte de su clan entero, por el odio y la venganza hacia un hermano al que alguna vez amó, por la culminación de dicha venganza y por la información recibida de un tal Madara Uchiha, quien aseguraba tener la verdad acerca de Itachi y que le compartió para terminar de hundirlo en la oscuridad.

Sí, a pesar de haber sido rescatado por su mejor amigo en aquella última batalla, Sasuke aún resentía los efectos de la vida que llevó después de abandonar Konoha.

Sakura no tenía ni la más mínima idea, pero no era tonta. Ella podía percibir en sus ojos el estado anímico de Sasuke. Y también le dolía.

-Iré por algunos materiales que necesito para revisarte, ¿de acuerdo? –dijo la pelirrosa con la voz apagada y, al no recibir respuesta, cerró la puerta tras de sí.

-¡Aaaaaayyyy, pero qué bien dormí! Buenos días a todos, de veras.

-No has cambiado nada, baka.

-Veo que ya despertaste. Siempre queriendo estar un paso delante de mí, ¿cierto, Sasuke? –el semblante de Naruto mostró una profunda nostalgia, trayendo a su memoria las incontables ocasiones en las que ambos competían por ser los primeros en todo.

-Hmph –respondió Sasuke entendiendo perfectamente a su amigo.

Un gran silencio se formó por varios minutos. Minutos en los que ambos se encontraban ensimismados en sus pensamientos, hasta que el rubio decidió romperlo.

-Oye, Sasuke ¿no te gustaría ir a Ichiraku ramen? No sé tú, pero yo me estoy muriendo de hambre. Luego de nuestra batalla y quedarme sin chakra necesito reponer energías, de veras.

-No me gusta el ramen –contestó tajante el Uchiha.

-Jajaja es cierto, nunca has tenido buen gusto. Pero en verdad me alegro que estés de vuelta.

-Naruto, al fin despertaste –dijo Sakura mientras cerró de nuevo la puerta.

-¡Sakura-chan! Ya estoy listo para salir a comer ramen.

-¡Ni lo sueñes! Tu cuerpo todavía se encuentra muy afectado, ¡¿qué no puedes ser un poco más consciente?!

-Pero… ya me siento mucho mejor, de veras – Naruto se levantó sobre la cama vigorosamente.

-Siéntate y cállate. Primero voy a revisar a Sasuke-kun y luego sigo contigo.

-Aaahh que mala eres, Sakura-chan


-¿Pero qué…? ¡Aaaaggghhh! Mi cabeza… me duele –Trunks sentía como la cabeza le daba vueltas

Al recuperarse, se percató de que estaba en un lugar completamente diferente al verde campo y árboles frondosos en el que se encontraban minutos atrás. Volteó a ver a su hermana que ya comenzaba a despertar.

-¿Do-dónde estamos? ¿Qué es este lugar? ¿Dónde está la luz que vimos hace unos momentos? –Bra se sentía cada vez más confundida con el paso de los segundos y Trunks no tenía respuesta ni para sus propias preguntas.

-Este lugar es muy extraño, jamás en mi vida lo había visto. Será mejor que lo averigüemos –dijo Trunks mientras ayudaba a su aturdida hermana a incorporarse.

Los hermanos saiyajin comenzaron a caminar a través de lo que parecía una cueva. No, no era una cueva, era más parecido a un laberinto. Sí, un laberinto con varias cámaras que daban aspecto como de habitaciones, con paredes color café claro con unas líneas curvas extrañas, con un ambiente frío y algo tétrico.

¿Qué clase de lugar era ese? Con tantos pasillos y habitaciones era difícil orientarse. Ni qué decir de las cero presencias que lograban percibir. Estaban completamente solos.

No pasó mucho tiempo hasta que encontraron una habitación destruida.

-¿Pero qué pasó aquí? Parece como si hubiera tenido lugar una gran batalla –pensaba Trunks mientras observaba las ruinas.

-Mira, ¡al fin encontramos la salida! Vámonos, Trunks –la joven emprendió el vuelo alejándose lo antes posible de ese lugar.

-Esta no es la salida. Alguien destruyó por completo esta habitación. Parece que aquí hay guerreros muy fuertes -reflexionó el pelilila dejando atrás la sede de un posible enfrentamiento.

Mientras tanto, uno de los equipos de Konoha regresaba a su aldea luego de una difícil misión. Trunks desde las alturas se percató de esas presencias.

-¡Perfecto! Estas personas nos podrán orientar acerca de este lugar. Después de todo su ki no es maligno.

-¿Ya viste, Trunks? Esos sujetos se desplazan por los árboles. Qué gracioso, parece que no saben volar –dijo Bra en tono burlesco.

-Sí, eso noto. Por esa razón es mejor que mantengamos en secreto nuestros poderes. Nada de transformaciones, ¿de acuerdo?

-Dilo por ti. Sabes a la perfección que yo no me puedo transformar. –cruzó los brazos en señal de molestia la pequeña Briefs.

Los hermanos saiyajin descendieron cautelosamente para no llamar la atención. Aunque hicieron lo posible por mantener su presencia en bajo, descender de los cielos requería de uso de ki, así que el hábil equipo shinobi compuesto por dos jounin y dos chunin dirigieron su atención hacia esos dos extraños, que por suerte ya se encontraban en tierra firme.

-¿Quiénes son ustedes? –preguntó el jounin a cargo del equipo.

-Muy buenas tardes. Verán, mi hermana y yo estamos perdidos en este lugar y pensamos que quizá alguno de ustedes podría orientarnos.

La peliazul no perdía detalle del pésimo gusto para vestir que tenían en ese lugar ya de por sí extraño. Pero lo que más resaltaba de ese equipo eran las enormes cejas de dos de ellos, sin mencionar el ridículo peinado que llevaban. Bra casi se muere de la risa frente a ellos. La chica de dos chonguitos no era nada extraordinario, seguramente podría pasar desapercibida como muchas chicas en su colegio. Y, finalmente, estaba ese Bombón. ¡Por Kami!... o Dende… ese chico era lo más bello que había visto en su joven vida. Esos ojos perlados, ese cabello castaño y largo, esa expresión seria acompañada de su blanca piel daban como resultado a un ser sencillamente perfecto.

Por otro lado, para el equipo Guy ellos eran los extraños. Su vestimenta no se parecía en nada a ninguna utilizada por los alrededores, no tenían bandana de ninguna aldea, por lo que probablemente no eran shinobis; además ¿quién en su sano juicio usaría ropa tan ajustada como la de aquella chica peliazul? Si Tenten, Sakura o alguna otra kunoichi usara algo como eso de atuendo seguramente ya habría sido asesinada por lo incómodo que resultaría moverse.

-Así que se encuentran perdidos ¿eh? A ver, déjenme ver… -posaba pensativo Guy.

-Pero miren nada más, esa chica de cabello azul no está nada mal. Claro que ella no puede comparar su belleza con la de mi hermosa Flor de cerezo, pero debo reconocer que es linda –nada podía hacer que Lee dejara su amor y su devoción por la Haruno.

-Yo opino que ese no es nuestro problema. Debemos continuar –sonó la fría voz del Bombón… digo, del segundo jounin.

-¡Neji! –reprendió la kunoichi -¿De qué país son? Podríamos empezar por ahí. Ustedes no son ninjas ¿o me equivoco?

-¿Ninjas? No, nosotros no somos ninjas –Así que este es un lugar donde viven ninjas, pero… ¿qué demonios está pasando aquí? –se alarmó el pelilila al darse cuenta que nada de eso tenía sentido. Estaban muy lejos de su hogar.

Después de un largo rato tratando de descubrir de donde provenían, Guy resolvió que lo mejor era llevarlos a Konoha ante la Hokage. Seguramente ella sabría qué hacer.

Sin más, emprendieron el camino tratando de no correr tan rápido. Con seguridad ese par de forasteros civiles no podrían ir al ritmo de los poderosos ninjas. El equipo se llevó una gran sorpresa al darse cuenta de que Bra y Trunks eran perfectamente capaces de seguir el ritmo.

-Y díganme… ¿no podríamos ir más rápido para llegar pronto a esa tal Konoha? –comentó la imprudente saiyajin sorprendiendo a los presentes. Esto era nuevo, no cualquier civil podía lanzar esas palabras como si fueran nada. Esos chicos debían ser especiales.

Los pacientes favoritos en el Hospital de Konoha recuperaron pronto sus fuerzas y fueron dados de alta.

Naruto se encaminó hacia Ichiraku ramen dispuesto a acabar con todo, mientras que Sasuke se dirigía al barrio Uchiha. Quería alejarse de todo. Quería pensar.

Y en la Torre Hokage se encontraba el Jounin a cargo entregando el reporte correspondiente de la misión. Los saiyajin tuvieron que esperar afuera de la oficina hasta ser requeridos.

-Tsunade-sama, esos chicos son extraordinarios. Puedo percibir una gran cantidad de chakra en su interior a pesar de no haber recibido entrenamiento alguno en las artes ninjas.

-¿Estás seguro de eso, Guy? -no es que la rubia dudara de las capacidades analíticas de la Bestia Verde de Konoha, pero era poco probable que una persona que no haya sido entrenada desde pequeña en cualquier disciplina pudiera tener desarrolladas esas aptitudes. Según lo que le había dicho Guy, eran civiles, pero si tenían esa velocidad entonces no podían ser solo eso, había algo más...

-Su forma de moverse es sencillamente habilidosa, ¡La llama de la juventud arde en su interior como si fueran fieles ninjas de la Hoja! –Tsunade lo miraba atónita con una gota de sudor resbalando sobre su cabeza. A veces resultaba exasperante la energía que emanaba del Jounin.

-Muy bien. Puedes decirles que pasen –ordenó la Quinta.

Una vez adentro los saiyajin se presentaron ante la Godaime. Trunks sabía que ese lugar no era común y corriente. En su camino hasta ahí no pudo evitar sentir presencias sumamente poderosas para ser simples humanos. Su sentido común le indicaba que debían ser discretos y preservar la calma, así que se limitó a hablar de forma ambigua de su hogar y de la forma en la que habían llegado al lugar. La rubia no podía creer lo que oía. A pesar de que el pelilila cuidó muy bien sus palabras, muchas hipótesis se formaron en la cabeza de la Hokage que pudiesen explicar el origen del portal que, con seguridad, se trataba de un transporte a otra dimensión. Ella lo descubriría, pero por lo pronto, estos dos chicos estaban sin hogar, así que les ofreció un departamento a cambio de prestar sus habilidades en artes marciales al servicio shinobi. A Trunks lo asignó al Equipo Asuma a falta del mismo sensei, mientras que a Bra la asignó con el equipo Kakashi, ya que esa niña probablemente necesitaría de un buen instructor que la frenara en seco.

-No solo quiero que Kakashi y Shikamaru los acepten en sus equipos, también quiero que me mantengan al tanto de toda la información que puedan obtener de ellos -por supuesto, la Godaime no se fíaba de todo lo dicho por el hermano mayor y como buena Hokage debía estar un paso adelante de cualquier situación.

Justo en ese momento, en el escondite de Orochimaru donde habían aparecido los saiyajin, una extraña criatura se incorporaba. Acto seguido, abrió un portal, lo atravesó y desapareció al instante.


Así que nuestros queridos guerreros han llegado a Konoha y se han topado superficialmente con la vida en la Aldea, ¿qué pasará con Trunks y Bra cuando descubran que ese lugar es tan distinto a su verdadero hogar? Hay que tener en cuenta que al menos Trunks ha experimentado la vida de guerrero desde muy pequeño, pero Bra no.

Todos queremos que Naruto rescate a Sasuke en su última épica batalla, así que ésta historia está colocada después de su gran batalla por parte del anime Naruto. Por parte de DBZ, se da antes de que Trunks se vaya al espacio con Pan y Goku.

Dejen su reviews y espero les guste esta historia. Sayo...