PRINCIPIANTES

SUMARY: Era extraño que aun siendo principiantes en eso del matrimonio (y las relaciones íntimas), su primera noche juntos hubiese sido tan perfecta. Tanto así que Naruto estaba ansioso por repetirla y volverse finalmente un experto en el tema. Por otro lado en la mente de Hinata no cabía la posibilidad de que Ino estuviese sobria en el momento de escoger su regalo de bodas.

ADVERTENCIAS: lemon, lime y cosas por el estilo.

Series de capítulos dirigidos al lado oscuro del Naruhina.

O-o-o-o-o-

Naruto trago saliva fuertemente. Decir que tenía nervios era poco, sus piernas se movían arrítmicamente y podría jurar por el dios del ramen que ¡jamás, nunca jamás en su joven vida, había sudado tanto como en estos momentos! Y es que ¡joder! Escuchar como su recientemente esposa tomaba una ducha le ponía los pelos de punta y no solo por el hecho de saber que solo una puerta lo separaba de la desnudez de su amada ¡no señor, porque él no era un pervertido! Sino por saber lo que seguía después del baño.

Kakashi-sensei le advirtió justo un día (¡solo un maldito día!), antes de la boda, sobre TODO lo que la luna de miel implicaba… desde los besos y las caricias, algo común en su noviazgo con la ex – heredera Hyuga, hasta el… el… se… sex… ¡cómo le costaba decirlo! ¡Y si le costaba decirlo ni hablar sobre hacerlo! Un sonrojo se apodero de sus mejillas cuando unas de las tantas explicaciones sobre el… sex… sobre eso llego a su mente; - debes acariciar sus pechos y no apresurarte hasta que te asegures que está COMPLETAMENTE lista- recitaba su maestro con mucha concentración- recuerda esto mi querido pupilo, ella tiene que tener una cascada entre sus piernas para que así puedas proceder- ¿QUÉ DEMONIOS SIGNIFICABA ESO? ¿Cómo le acariciaría los pechos si cuando él degustaba su boca POR COMPLETO ella empezaba a hiperventilar y él tenía que parar de inmediato para evitar un desmayo? Suspiro tratando de organizar sus pensamientos, la clase con el ninja copia dejaron más dudas que respuestas ¿Qué era lo que simbolizaba una erección? ¿Qué era un clima? -clímax idiota- ¿Qué era un orgasmo? Por kami sus dudas se incrementaban a medida que los eternos minutos pasaban ¿y si lo hacía mal o peor aún… la lastimaba?-maldición- gruño desesperado al mismo tiempo que rogaba a todos los dioses que Hinata se demorara mucho, muchísimo más, en la regadera; algo que no sucedió-

-N-Naruto-kun- brinco sobre sí mismo (vaya susto) en el momento en que aquella dulce voz solicito su atención, se giró y cuando la vio su mente quedo en blanco totalmente- ¿t-te gusta?- no supo que responder, o mejor dicho, no pudo soltar ni unos simples balbuceos, su cuerpo se congelo y de repente su bóxer se volvió más pequeño-

-a… h…- boqueo como un pescado fuera del agua, frente suyo se encontraba una diosa, su cuerpo tenia las medidas perfectas, su rostro era perfecto y ¡oh por kami-sama! El pequeño vestido que tenía puesto era tan transparente que perfectamente podía distinguir sus… p-p-pechos (no traía ningún sostén)-y… y…-él no era muy bueno con las palabras, así que dejo que su cuerpo actuara por sí solo, beso sus labios como si su vida despendiera de ello. Hacia tanto tiempo que deseaba este momento que en cuanto la vio en aquella diminuta bata blanca de tiras; no pudo hacer otra cosa que abalanzarse sobre ella para devorar su boca por completo. Hinata se sorprendió gratamente.

Kurenai-sensei se tomó la molestia, unas semanas atrás, de explicarle en qué consistía realmente la luna de miel y aunque cuando supo cuál sería el contenido de la "charla" estuvo a punto de caer en la inconciencia, se dijo a si misma que iba a ser ella quien tomaría la iniciativa, pues sabía de antemano el esfuerzo casi sobrenatural que hacia su novio para que los besos y las caricias no la abrumaran por completo ¡y ella se lo agradecía infinitamente! Pero ahora era diferente, estaban casados y eso significaba que eran libres de poder consumir todo ese amor y toda esa pasión que se profesaba mutuamente; esa fue su principal motivación para buscar la ayuda de Ino Yamanaka. Casi de forma directa le exigió un regalo de bodas algo "estimulante" y aunque en un principio creyó que Ino-chan había caído en la locura al momento de elegirlo, (pues eso era un micro vestido) lo pensó mejor con cabeza fría. Si para Naruto-kun eso no era suficiente para que diera el primer gran paso; nunca lo darían. Ella era tímida por naturaleza ¡jamás podrá hacerlo! Pero gracias a todos los dioses del universo sus temores desaparecieron en el instante en el que su esposo prácticamente se le tiro en sima.

Sus labios reclamaban los propios con tanta vehemencia, tanta pasión contenida, que hubiese sido un pecado no responderle con la misma intensidad. Haciendo uso de todo su valor enredo sus manos alrededor del cuello masculino, tratando de robar un poco de la esencia deliciosa que emanaba de la boca de su rubio. ¡Era el beso de su vida!

"estúpido la espantaras" fue el primer pensamiento que cruzo la mente del Uzumaky al notar como su querida Hinata-chan se quedaba inmóvil ante sus precipitadas acciones; pero ¡por todo el ramen del mundo! Ella se veía endemoniadamente sexy con aquel diminuto camisón que resaltaba TODOS los atributos de los que era dueña; sus curvas, sus piernas, sus… joder con solo verla su ropa interior se había encogido dos tallas. Él se tuvo que contener tantas veces en estos últimos meses que no pudo hacer otra cosa que tomarla por los hombros para degustar su boca por completo; como nunca fue capaz de hacerlo por miedo a perder el control y herirla; sin embargo esa noche no tendría que hacerlo ¡ahora se pertenecían mutuamente! ¡Ahora podría besarla cada vez que se le viniera en gana, sin miedo a ser visto por ningún ojo blanco! Por eso fue que… pero ella no respondía; iba a detenerse, se disculparía y tomaría la ducha fría más larga de su vida, cuando tímidamente unos menudos brazos se posaron en su cuello atrayéndolo hacia ella y profundizando aún más el beso.

Solo le basto un segundo para darse cuenta de lo que sucedía ¡estaba siendo gustosamente correspondido! ¡Ella le correspondía! Quizás temblaba un poco porque estaba nerviosa pero no lo estaba rechazando ¡ni siquiera estaba hiperventilando! Así que sin pensárselo dos veces sus manos bajaron hasta posarse en su estrecha cintura y la pego todo lo que pudo contra su cuerpo, que de hecho se moldeaba a la perfección con el suyo y que además permitía rozar deliciosamente su erección (ahora sabía lo que significaba esa palabra) contra el vientre bajo de ella; era exquisito. Sin embargo algo aun le faltaba, casi con desespero su lengua busco compañía, necesitaba sentir su paladar. Ella capto la indirecta, abrió sus labios y soltó un gemido cuando sintió por primera vez una lengua que no era la suya en su boca; tímidamente salió a su encuentro, siendo consiente que la guerra estaba perdida, pues no era competencia con la ansiosa lengua del rubio, que se dedicaba a explorar libremente todo su paladar.

La falta de aire los separo, en ese momento odiaron la respiración humana. Los ojos azules brillaban de deseo y su cuerpo ardía demasiado. Ella no estaba mejor; sus labios estaban rojos y un poco inflamados mientras su respiración era irregular, sus ojos solo reflejaban tres cosas:

-Deseo

-Amor

-Excitación

Con todos sus sentidos nublados guio sus manos hasta los glúteos femeninos, asegurándose de gozar de la textura femenina en el proceso, y la obligo a enredar sus piernas alrededor de su cintura; gimieron con el roce que provoco aquel movimiento. Una vez estuvo a la altura del rostro masculino se vio obligada a besarlo con la misma intensidad de la primera vez, simplemente era imposible resistirse ante sus deseos. Eso lo tomo por sorpresa, sin embargo no lo cohibió, todo lo contrario, se sintió obligarlo a profundizar más su unión. En un movimiento torpe la recostó sobre la cama apoyándose sobre sus codos, sin despegar en ningún momento sus labios, degustándose y conociéndose el uno a otro. Maldijo internamente cuando su cuerpo le exigió respirar nuevamente.

-Hinata-Chan- susurro sobre sus labios, lo que iba a decir le costaría mucho, pero debía hacerlo, tenía que hacerlo- aun puedo detenerme…- hizo una pausa- si me lo pides ahora lo are- ella lo observo por largos segundos, sorprendida- si quieres que paremos solo dilo y yo…- no pudo continuar unos suaves labios se lo impidieron, no fue un beso como los anteriores, fue uno cargado de mucho amor y ternura- ¿entonces?- no entendía muy bien su respuesta-

-ahora soy tuya Naruto- dijo lo más sensual que pudo, repitiendo internamente las palabras que su maestra le había dicho- y tú eres mío, sé que te has estado aguantando mucho desde hace algunos meses-rayos como le costaba no tartamudear, el asintió con un pequeño sonrojo sobre sus mejillas – pero ya no debes hacerlo, estamos casad…- él devoro sus labios con mucha ansiedad, ya no había marcha atrás, no se detendría-

- seré cuidadoso- fue lo último que le escucho decir antes de que empezara a besar su cuello-

Según lo dicho por Kakashi-sensei ella necesitaba mucha estimulación para que cuando llegara el "gran momento" no le fuera tan doloroso, siendo sinceros no entendía a ciencia cierta el significado de sus palabras, solo se dejaría guiar de sus instintos.

Con su mano derecha empezó a acariciar su pierna, deleitándose de los dulces suspiros que salían de su boca, cada vez que sus labios besaban la clavícula femenina. Esto de cierta manera le inflo un poco su ego, esos suspiros significaba que lo estaba haciendo realmente bien. Al mismo tiempo que pensaba en esto, su boca inconscientemente bajo hasta el nacimiento de sus pechos, dio un par de besos y luego la miro; ella solo atino a asentir. Su mano temblorosa agarro la tira del vestido bajándola suficiente para dejar al descubierto la mitad de su seno derecho, de nuevo la beso en los labios, aun sin estar muy seguro que hacer con sus manos. Al notar el lio de su esposo guio su mano derecha hasta su seno, rehuyendo de la mirada sorprendida que le dedicaba. El trago saliva, su textura era blandita y al mismo tiempo firme, con un poco más de confianza lo apretó delicadamente sacando suspiros más altos y más prolongados, con que por ahí iba la cosa, ella sentía placer si masajeaba sus senos, sonrió con autosuficiencia por su descubrimiento, termino por desnudar completamente el seno derecho… y se detuvo… ese botón rosado…

Hinata estaba en las nubes, las monerías que Naruto le dedicaba la estremecían cada vez con mucha más intensidad, estaba que se moría de vergüenza pero poco le interesaba, solo quería seguir siendo acariciada. Por eso cuando el rubio se detuvo no contuvo un pequeño quejido de inconformidad.

-¿q-que su… ¡ah!?- las palabras murieron en su garganta, fue incapaz de retener un gran gemido-¡ah!- Naruto, él…-¡ah… ah… ah!-

Naruto succionaba como un bebe el pequeño pezón, le fue imposible no hacerlo, su boca se lo pedía a gritos. Era exquisito, succionarlo para después delinearlo con su lengua y finalmente morderlo suavemente, era la gloria, sabia tan bien y los gemidos de su esposa solo le confirmaba una cosa ¡a ella le fascinaba! Haciendo uso de su otra mano bajo la tira faltante, se separó un poco pero de inmediato ataco el pecho izquierdo ¡ambos sabían tan bien! Hizo lo mismo que con el derecho, solo que esta vez trato de metérselo todo a la boca, al parecer esto le agrado mucho a la Hyuga, su delicada mano se enredó entre sus cabellos, empujándolo, no quería que se separara de ella, no lo soportaría. Él sonrió, aun con el pezón en su boca, y con una de sus manos atendió el seno derecho, lo apretó, lo masajeo, intercambio de nuevo su boca, ¡era la gloria! No se cansaría de decirlo.

Subió su rostro solo para besarla, mordió sus labios y por primera en la noche vez la lengua femenina le ofreció una ardua batalla.

- Naruto- dijo con una voz irreconocible-

El la observo, así, jadeante, sonrojada, con el cabello esparcido en toda la cama, con sus pechos bajando y subiendo al ritmo de su agitada respiración, y sonrió. Ella aprovecho ese descuido para besar el cuello masculino, "sabe a la lluvia" pensó a la vez que daba pequeños lametazos. Sus pequeñas manos se adentraron en la camisa masculina, sintiendo como el rubio se derretía ante sus caricias y soltaba gemidos que se asemejaban a los maullidos de un gato-

El rubio se separó repentinamente solo para sacarse la molesta camisa. Se recostó sobre ella y le abrazo como si nunca lo hubiese hecho. Su pecho hizo contacto con los de ellas y gruño con mucha satisfacción, si aún quedaba un poco de cordura en ellos la acababan de perder.

-Hina… levanta un poco… eso-una vez estuvo fuera el diminuto vestido fue otra vez a por sus pechos, succionándolos, mordiéndolos y masajeándolos; sin embargo no se detuvo ahí e inicio una cadena de besos que iban desde sus pechos hasta la sensual lencería negra que ya estaba empezando a estorbarle, con mucha delicadeza, y luego de pedirle permiso con su mirada, deslizo los interiores hasta dejarla totalmente desnuda; tuvo que contenerse para no soltar un sonoro gemido, era la visión más erótica que hubiese tenido en todos sus dieciocho años de vida- hmm- como un pequeño curioso empezó a explorar esa pequeña cavidad, toco aquel botón rosado que sobresalía de todo y-

-¡N-Naruto!- sonrió complacido, de nuevo había dado en el blanco. Haciendo uso de sus dedos, separo los labios y dejo a la vista aquel apretado agujero; despacio y sin apuros introdujo su dedo índice, se detuvo cuando ella se tensó un poco pero luego se relajó-Naruto… Mmm- inicio un movimiento lento… siguiendo el ritmo de la respiración de su acompañante, sacaba e introducía su dedo; ella no paraba de gemir y de gritar su nombre, eso le fascinaba, sin embargo no era suficiente. Su erección estaba a punto de estallar y él quería hacerlo dentro de ella.

-Hinata, lo lamento ya no puedo- de nuevo la beso, como pudo bajo sus pantalones, iba a hacer lo mismo con sus interiores pero ella se adelantó, tomo el resorte de su bóxer y los bajo lentamente. Dio un pequeño gritillo cuando lo vio, era grande, estaba firme y tenía un líquido transparente escurriendo de la punta. Por autor reflejo cerro sus piernas -Hinata-chan… por favor, no lo hagas- asintió torpemente y obedeció- lo hare despacio… si es necesario-se acomodó y guio su miembro hasta la entrada- muerde todo lo que quieras…-empujo lentamente sus caderas, la humedad y la estreches de ella eran increíbles, quería entrar de una sola estocada pero no quería de ninguna manera lastimarla- ah- gimió cuando se topó con algo que le impedía el paso, aplicando un poco más de fuerza se abrió camino -

-¡ahhhhh!- Naruto se horrorizo con la simple idea de lastimarla por lo que se detuvo, miro como aquel rostro sereno era remplazado por uno cargado de dolor, se sintió como la peor escoria del mundo, ¡era un bastardo! Se mantuvo inmóvil, incapaz de moverse, solo la observo, y en un intento por apaciguar el dolor; unió sus labios en un demandante beso, cargado de todo lo que ella le hacía sentir, no solo en esos momentos, sino desde que supo que la amaba con cada fibra de su ser-

A pesar de que el dolor inicial fue un poco más fuerte de lo esperado, correspondió de la misma manera que el rubio; sus lenguas danzaron y por primera vez en la noche parecía que ella ganaría, pero no fue así, él era muy bueno, solo pudo sucumbir ante sus caricias.

-me moveré un poco…- y así lo hizo, la incomodidad duro un par de minutos más y de la nada el placer la golpeo, nublando toda su cordura, llevándola al éxtasis total, empezó a gemir y a gritar, con el pasar de los segundos el calor era mucho mayor, su cuerpo le exigía mucho más, araño su espalda y él gruño de satisfacción.

Naruto era consiente que debía ser delicado, pero no podía, sus caderas se movían por si solas y ella no ayudaba en nada, paseaba sus uñas por toda la espalda y eso simplemente lo enloquecía. Su entrada cálida envolviéndolo era toda una adicción, una descarga eléctrica recorrió toda su espina dorsal, el momento se acercaba, ella enredo ambas piernas alrededor de su cintura y la estrecha cavidad palpito a su alrededor; todo se volvió de colores, y simplemente se derramo en su interior, gruñendo su nombre a todo volumen…Hinata sintió la tibieza en su vientre bajo e inconscientemente rio, la imagen de un mini-Naruto llego a su cabeza…

-¿de qué te ries'ttebayo?- ella lo observo fijamente, aún estaban unidos y el seguía, como decirlo, muy firme en su interior-

-un bebe-susurro cerca de su oído, le mordió el lóbulo y meneo ligeramente sus caderas- quiero un bebe de Naruto-kun- el imito su acción, e inicio sus embestidas nuevamente, ¡por suerte Kakashi-sensei le había explicado cómo se hacían los bebes! Y no los traían precisamente la cigüeña, se empeñaría en hacerla feliz y si su felicidad consistía en una pequeña bolita rosada que gritaba y lloraba por todo ¡el gustoso se la daría!-

-solo ¡arhg! Espero… que… también le guste… el… ramen -