Hola! Se que tendría que estar con mis otras historias, pero hoy de repente quise hacer esto, así que conociéndome de que no me quedaría tranquila hasta escribir... ¡aquí estoy!

Les aviso que los capítulos serán cortos (500-1000 palabras). Es para que no me digan que son muy cortos. Planeo actualizar con bastante rapidez... si es que ustedes son buenos conmigo y me regalan comentarios... jaja...

Puede ser que el próximo lo suba hoy mismo...

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A de Apoyo

A Naruto nunca le había gustado ver a una chica llorar y en ese momento le gustaba aun menos darse cuenta que cuando ella era la que lloraba para él era peor, la impotencia que sentía en esos momentos se estaba convirtiendo en algo insoportable que no estaba seguro de poder aguantar por mucho más tiempo. Con las manos apretadas se acerco hasta la chica que había estado observando por los últimos quince minutos.

– ¿Qué pasa Hinata?

–N…Naruto…-kun.

El chico miro fijamente esos ojos tan parecidos a la luna cuando estaba llena, eran tan bonitos que se podía perder en ellos, pero en ese momento mostraban tristeza… un sufrimiento tan grande que ni siquiera cuando contemplo el sonrojo en las mejillas que empezó a aparecer en la joven pudo sonreír, por lo general cuando ella se sonrojaba él siempre sonreía, está vez fue diferente. No era un momento para reír.

– ¿Por qué lloras?

–Mamá….

Naruto no necesitaba que le dijera más, tan solo la abrazó. Él sabía que la madre de Hinata se encontraba grave en el hospital. Es más, los médicos ya habían dicho que no tendría más que días antes de morir. Era fácil darse cuenta que ese momento ya estaba por llegar y eso era lo que la tenía tan mal o por lo menos lo era para él. Después de todo, esa chica que en esos momentos se encontraba en sus brazos llorando era su novia, era algo normal para él conocerla.

Sabía que lo que más que quería era estar con su madre en esos momentos, pero su padre se lo había prohibido. Según él era una Hyüga y tenía que cumplir con sus responsabilidades, entre esas estaba la de asistir al colegio y mantener una cara sería en la que "supuestamente" decía: no me importa nada, nada me afecta.

A veces Naruto creía que odiaba a su suegro.

¿Cómo ese hombre no se daba cuenta que Hinata lo único que quería era estar con su mamá? ¿Tan sin corazón era? No… esa pregunta no tenía ni que hacérsela, Naruto sabía que lo había aceptado como el novio de su hija era por quienes eran sus padres… solo eso le interesaba: los beneficios que podría tener con ese noviazgo.

-Shhh… –sin saber que poder decirle en ese momento tan solo la abrazó y acaricio su cabello tratando de hacer que se sintiera mejor.

–Gra…cias N…Naruto-kun. –La escuchó susurrarle por mientras que seguía escondida en su pecho llorando.

Naruto cerró sus ojos por mientras que seguía ahí… por ella. Calmándola con su toque.

– ¿Quieres que nos vamos?

–No, te…tenemos c…clases.

–No me importaría. –Volvió a decirle.

– Na… ¡Naruto-kun! Solo t…te quieres saltar l…las clases. –Le dijo en un tono de reproche por mientras que quitaba el rostro de su pecho. Le dio una sonrisa tímida.

–Entonces ve a lavarte la cara, la hora del almuerzo está por terminar.

Sin decirle nada se paro y empezó a caminar con él siguiéndola.

Por mientras que miraba su espalda se prometió estar siempre ahí para ella. Él sería su apoyo, donde ella siempre tendría un hombro en el que llorar, reír… o lo que quisiera.

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