Los personajes de Dragon Ball Z no me pertenecen. Todos son obra y creación de Akira Toriyama.

Freezer regresa

La montaña Paoz es un lugar sumamente tranquilo, alejado del bullicio que caracteriza a las grandes ciudades, donde resuenan de manera serena y armónica el cantar de las aves, la suave brisa que sopla entre los espesos bosques y el flujo manso de los ríos que complementan el paisaje. Después de todo, se trata de una zona bastante alejada de todo tipo de civilización, donde la naturaleza puede presumir orgullosa de permanecer casi intacta de la intromisión de cualquier ser humano, a excepción de la familia Son, cuyo hogar se encuentra precisamente en lo profundo de ésta región tan apacible.

Sin embargo, tal tranquilidad fue inmediatamente interrumpida cuando, dentro de la casa de la familia Son, Gohan se percata repentinamente de una energía maligna que se acerca cada vez más y más al planeta Tierra. Era un ki terriblemente alto, poderoso y que emanaba tanta maldad como ningún otro que Gohan jamás hubiese percibido, jamás, a excepción….. del ki Freezer.

Tan pronto como esta idea vino a su mente, sonó el teléfono, el cual Gohan no dudó en atender rápidamente, sólo para encontrarse con un preocupado Krilin al otro lado de la línea.

"Gohan, ¿Lo percibiste? ¡Es un ki enorme! No… es más que eso… es monstruoso"

De inmediato, Gohan imaginó que no solo él y Krilin debían estar al tanto de la situación. También el resto de los guerreros Z e incluso el mismo Vegeta seguramente estaban tan confundidos, preocupados y sobrecogidos como él lo estaba, ante aquel inmenso y malvado poder que justo ahora se cernía sobre el planeta, poco a poco.

"Me imagino que ya debes saberlo… no crees que… ese ki se trate de…." No había necesidad de que Krilin terminara la frase, Gohan perfectamente sabía a quien quería referirse su amigo.

"No puede ser posible ¡Mi papá acabó con Freezer en Namekusei!" espetó de inmediato, sin dejar concluir el comentario del pequeño monje Shaolin "Sin embargo, esta energía es exactamente igual a la suya, no puedo equivocarme ¡Estamos en un grave problema, Krilin!"


Mientras tanto en las cercanías de planeta Tierra, la enorme nave de King Cold, similar a la que su hijo Freezer tenía en Namekusei pero que resultó destruida durante la explosión del planeta, se avecinaba cada vez más y más.

"Papá ese es el planeta tierra, ¿lo ves? Me parece que allí es de donde proviene ese Saiyajin llamado Goku, el responsable de hacerme esto" dijo con total tranquilidad Freezer, con su característica voz fría y cínica, desprovista casi de emoción alguna.

Ahora, más de la mitad de su cuerpo estaba reconstruido con partes mecánicas. Después de la batalla contra Goku y la explosión del planeta Namekusei, había quedado hecho pedazos y los médicos de la tripulación de su padre tuvieron que hacer un gran esfuerzo por salvarle la vida. Tardaron mucho, pero con la ayuda de diversas piezas robóticas, lograron sustituir sus extremidades y partes corporales destruidas.

"Me parece que aún no ha llegado, así que estamos de suerte, podemos darle una bienvenida como se merece"

"Oye hijo, este planeta Tierra es bastante pequeño, si quieres podemos destruirlo con un solo ataque" resonó la voz grave de King Cold dentro de la habitación de la nave, al tiempo que el gigantesco extraterrestre permanecía sentado al lado de Freezer. El despiadado tirano intergaláctico se limitaba a observar, desde la ventana que daba al exterior, la pequeña esfera azul que se hacía poco a poco más grande, mientras sostenía, con gesto despreocupado, su cabeza con una sola mano.

"No papá, sería algo demasiado simple, así nunca podría sentirme realmente satisfecho…" respondió Freezer con su amplia sonrisa malvada "¿sabes? quisiera darle su merecido a ese imbécil Saiyajin y demostrarle que mi poder ya no es el mismo. Merece que, después de todo lo que me hizo pasar, se lleve un castigo ejemplar, y luego poco me importa lo que ocurra con ese miserable planeta. Podemos destruirlo fácilmente en un abrir y cerrar de ojos".

De repente, ambos comenzaron a observar, con gesto divertido, un puntito de luz que aparecía en el radar, que indicaba la progresiva aproximación de la nave de Goku hacia la Tierra. Aunque ésta se encontraba mucho más lejos que la nave de King Cold, seguramente en unas pocas horas más aterrizaría, y ahí estaría esperándolo el Lord Galáctico destructor de mundos, ansioso por terminar lo que empezó el Saiyajin.


Gohan rápidamente dejó a un lado los deberes que estaba haciendo. Se desvistió y comenzó a colocarse el traje de combate típico de los soldados de Freezer, el cual luego de su viaje a Namekusei, había escondido y guardado en una caja debajo de su cama por si se presentaba nuevamente la necesidad de usarlo en otra oportunidad ¡Y vaya que no se equivocó!

Por desgracia, no era la ocasión que tenía en mente. Jamás imaginó que ese malvado alienígena pudiese seguir con vida y lo que era peor, su padre aún no estaba de regreso…

"Esto es terrible, espantoso… no puedo creer que vaya a repetirse nuevamente esta pesadilla… ¡Estamos en problemas, estamos en graves problemas!" se repetía a sí mismo en voz alta, mientras se apresuraba en colocarse todas las prendas de la peculiar indumentaria.

Tal vez fuese muy joven aún, pero el pequeño híbrido Saiyajin no era ningún tonto y sabía a la perfección el peligro que se avecinaba; después de todo, había vivido en sus propias carnes el horror que Freezer les había causado y todo por lo que les había hecho pasar en Namekusei, así que no era ninguna sorpresa la repentina desesperación que comenzaba a sentir en cada fibra de su ser.

A pesar de ello, no se mostró ni en un solo instante dubitativo. Ni cuando se colocaba la armadura de combate, ni tampoco en el preciso instante en que abrió la ventana de su habitación y se lanzó a toda velocidad por los cielos, mientras alcanzó a escuchar, a duras penas, los gritos preocupados de su madre que recién entraba a su dormitorio.

"¿A DÓNDE VAS, GOHAN? ¡VUELVE AQUÍ EN ESTE PRECISO INSTANTE!" gritaba Milk, ordenándole enérgicamente que volviese. Órdenes que se hacían cada vez más inaudibles a la distancia.

Quizás era insensatez, valentía o la parte de su sangre guerrera Saiyajin que le pedía a gritos salir y dirigirse a toda velocidad al lugar donde la presencia de Freezer se sentía cada vez más fuerte (tal vez era una mezcla de las tres cosas). Pero lo que sea que fuese, Gohan ya se encontraba surcando a cientos de kilómetros por hora los cielos de distintas ciudades, zonas rocosas y finalmente, sobrevoló un vasto océano, a partir del cual comenzó a sentir el ki de su amigo Krilin acercándose.

"GOHAAANN" se escuchó venir por parte de Krilin, a medida que recortaba distancias hacia la ubicación del híbrido Sayajin. Llevaba puesto el tradicional traje de pelea naranja de los alumnos del Maestro Roshi, con su correspondiente insignia de la Tortuga.

"¿Ya te distes cuenta?" fue todo lo que soltó Gohan, pues lo grave de la situación no daba cabida en estos momentos a cualquier tipo de formalismo o saludo amigable de parte de ambos.

"Sí. Me sería imposible ignorarlo, mi cuerpo ya está acostumbrado a su despreciable presencia" respondió, mientras pasaban por su mente las imágenes del preciso momento en que murió en manos del perverso alienígena. Se le hacía imposible ocultar su miedo. Dejó escapar un pequeño estremecimiento que recorría todo su cuerpo.

"¿Será que mi papá no fue capaz de acabar con él en Namekusei? Simplemente no puedo imaginarme otra razón por la cual está sucediendo esto ahora" dijo el pequeño híbrido Saiyajin entre rabia y confusión, sin aminorar en ningún momento su velocidad de vuelo.

"No, no digas eso Gohan. Recuerda que no estuvimos allí presentes. Sencillamente no sabemos qué fue lo que ocurrió con exactitud. Debe haber alguna otra explicación… quizás tu padre no se aseguró de eliminarlo por completo y ahora el desgraciado sigue vivo" respondió Krilin, sintiéndose impotente ante la situación.

Ambos continuaron volando lo más rápido que podían, cuando de repente, se percataron de las presencias de Vegeta y Yamcha que se dirigían a gran velocidad al mismo lugar que ellos lo hacían, sólo que sus ki parecían provenir de la capital del oeste, ciudad natal de Bulma y sede de la Corporación Capsula. A su vez, sólo que un poco más lejos, sintieron también los niveles de poder característicos de Ten Shin Han y Chaoz.

A los pocos minutos, ambos se acercaban a una zona rocosa y totalmente despoblada, cuando de repente, Krilin agudizó su vista y observó a todos los guerreros Z ya reunidos

"Gohan mira, allí abajo están los muchachos"

Inmediatamente, el híbrido Saiyajin visualizó al grupo completo, incluyendo a cierto guerrero Namekusei de pie en una solitaria roca, a quien no había podido percibir antes porque se encontraba ocultando astuta y cuidadosamente su ki

"Sí, y también veo que se encuentra el Señor Piccoro, ¡Vamos a aterrizar!"

En el momento en que ambos colocan sus pies en el suelo rocoso, fueron recibidos por Bulma, quien agitaba con ánimo sus brazos frente a ellos.

"Hola chicos ¡Cuánto tiempo sin verlos! Que gusto encontrarnos otra vez"

¿Qué diablos está haciendo Bulma en un lugar tan peligroso como este? - pensó Krilin, aunque no tuvo tiempo de formular la pregunta ante la r+apida intervención de Yamcha .

"¡Gohan! ¿vendrá Goku?"

El pequeño híbrido Sayajin se limitó a bajar la mirada en completo silencio, lo cual era más que suficiente para que todos los presentes comprendieran la gravedad de la situación.

"Hmm… entonces el imbécil de Kakaroto aún no ha llegado" comentó con su típico tono malhumorado el Príncipe de los Sayajin.

Momentos antes, en la Corporación Capsula, cuando el ki de Freezer se hizo sentir en las cercanías de la órbita terrestre, Vegeta se enfureció y golpeó airadamente la mesa en donde justamente se disponían a almorzar, al darse cuenta que su rival Sayajin no había terminado con la labor y el desgraciado de Freezer seguía con vida.

Pero eso no era todo. Junto al ki del alienígena responsable de la destrucción del planeta Vegeta, podía presentir otro nivel de energía al menos igual de poderoso y también maligno. Ninguno de los guerreros Z tenía idea de quien se trataba, pero sin lugar a dudas, hacía que la situación en la que se encontraban sólo empeorara.

Repentinamente todos salieron de sus pensamientos cuanto el guerrero Namekusei les advirtió alarmado de la llegada de la nave alienígena "¡CUIDADO AHÍ VIENEN!"

La conmoción fue unánime cuando la gigantesca nave espacial hizo su aparición de entre las nubes y se acercaba con velocidad al suelo, preparando su aterrizaje. No había vuelta atrás, Freezer y quien quiera que fuese aquella otra abominable presencia tan poderosa, estaban allí.

El inmenso objeto volador pasó rápidamente sobre el lugar donde estaban reunidos los guerreros Z, cubriéndolo todo a su paso con su enorme sombra y levantando grandes cantidades de polvo y pequeñas rocas. No obstante, la nave sobrevoló de largo por encima de los sorprendidos e incluso aterrorizados guerreros y aterrizó tal vez a uno kilómetros de distancia, abriendo sus numerosas patas que le daban un aspecto de araña gigante.

"¡ESCÚCHENME! ¡Que a nadie se le ocurra ponerse a volar! ¡Deben disminuir su ki al máximo y nos acercaremos cuidadosamente a pie! De lo contrario, se darán cuenta fácilmente de nuestra presencia por sus rastreadores!" Soltó Vegeta de repente, siendo el primero en romper el sepulcral silencio que se apoderó de todos los presentes.

"¡Esto es una locura! ¡El poder de ese sujeto está totalmente fuera de nuestro alcance!" dijo Yamcha entre desesperado y alarmado "No tenemos la más mínima oportunidad de hacerle frente. No sé qué hacemos aquí. Díganme algo, si no acercamos a la nave ¿qué es lo que se supone que haremos? ¡NO PODEMOS HACER ABSOLUTAMENTE NADA!

"Entonces ¿Qué propones que hagamos Yamcha? ¿Huir y ocultarnos hasta que todo termine?" respondió Piccoro "Bien sabemos que no tenemos salvación. Vayamos a donde vayamos, el planeta entero podría ser fácilmente destruido por estos sujetos, así que no tiene sentido huir o esconderse". El guerrero Namekusei intentaba en lo posible mantener la compostura, mientras dirigía a Yamcha una mirada reprobatoria.

Nuevamente se hizo un profundo silencio, el cual fue roto por la intervención del príncipe de los Sayajin "¿Quieren que les diga algo? ¡Este será el fin de la Tierra!"


La gigantesca nave espacial, cuya forma era similar a la de una araña descomunal, permanecía inmóvil a unos pocos kilómetros de ubicación de donde se hallaban los guerreros Z. La mayoría de la tripulación ya había desembarcado, esperando atentamente la aparición de King Cold y Freezer. Pronto, ambos extraterrestres aparecieron por la compuerta superior de la nave y, flotando en el aire, aterrizaron suavemente a unos pocos metros de la misma.

Freezer miro con satisfacción a su alrededor, ansiando la llegada del miserable Saiyajin para consumar su venganza de una vez por todas. En un abrir y cerrar de ojos, su malévola expresión cambió por una de cólera total, elevando su ki peligrosamente y apretando con tanta fuerza sus puños que pronto comenzó a sangrar por las manos, todo ello cuando recordó la humillación que había recibido por parte de ese mono Saiyajin

- Yo soy el Saiyajin que ha venido desde la Tierra para matarte ¡Yo soy Goku!- ese insoportable recuerdo repercutía una y otra vez dentro de la mente del tirano intergaláctico. Su derrota suponía la humillación más grande que jamás había recibido. Debía matar con sus propias manos a ese despreciable Saiyajin que se había atrevido a cruzarse en el camino de la familia más poderosa del universo

"¡Ese desgraciado mono merece sufrir por todo lo que ha hecho, por humillarme, por lastimar mi orgullo y por mutilar brutalmente mi cuerpo! ¡JURO QUE LO HARÉ PAGAR A ÉL Y A SU INSIGNIFICANTE Y MUGROSO PLANETA!"

"A mí no me importa lo que decidas hacer con la Tierra. Todo lo que me interesa es acabar con ese Saiyajin, ¡Nuestra familia debe ser la más poderosa del universo!" respondió King Cold dibujando una expresión de disgusto y odio en su rostro.

"No te preocupes papá, estoy seguro que juntos podremos acabar con él fácilmente. Además, soy aún más poderoso que antes- Creo que sólo conmigo bastará para derrotarle" dijo Freezer esta vez mucho más calmado. Ya había recuperado la compostura.

"Por cierto hijo, la nave de ese Saiyajin no aterrizará hasta dentro de unas tres horas. ¿Qué planeas hacer en ese período de tiempo?"

"Pienso asesinar a todos los terrícolas. Así, ese miserable Saiyajin se encontrará con una agradable sorpresa cuando finalmente llegue. Se sentirá humillado. El nivel de pelea de los habitantes de éste planeta es una basura, de manera que a pesar de ser muchos, tres horas es más que tiempo suficiente para eliminarlos a todos ¡JAJAJAJAJA! ¡TE DARÉ TU MERECIDO SAYAJIN! ¡HE LLEGADO DESDE EL FONDO DEL INFIERNO SÓLO PARA MATARTE" Freezer comenzó a reír como un maniático, poseído por la sed de muerte y destrucción que tanto ansiaba.

Acto seguido hizo un leve movimiento con su mano, con el que indicaba a sus soldados que ya era hora de ponerse en acción. Sin embargo, tan pronto como el primer grupo de su ejército salió disparado a los cielos para comenzar la invasión, un fuerte sonido sibilante cortó el aire y provocó que la atención de todos los presentes se desviara rápidamente hacia la fuente de tal sonido.

Inmediatamente después, comenzaron a caer pesadamente desde cielo, los pedazos de los que hasta hace unas milésimas de segundo fueran los soldados de la familia más poderosa del universo. Freezer observó tan abominable espectáculo como si se tratase de la cosa más normal del mundo. Después de todo, tanto él como su padre eran seres tan despiadados que trataban a quienes trabajaban para ellos como basura sin importancia. Su interés estaba más bien dirigido al insensato que al parecer no tenía idea alguna de con quienes se estaba metiendo.

¡Y allí estaba el responsable! Un muchacho joven que a duras penas sobrepasaría los 15 años de edad, vestido con una chaqueta morada y una espada que justamente envainaba dentro de su respectiva funda, sostenida con un cinturón en su espalda. Con esa espada, se suponía que el insensato joven había descuartizado a una velocidad vertiginosa al grupo completo de soldados que partieron en primer lugar.

El muchacho descendió poco a poco de los aires, posando sus pies en el suelo rocoso con lentitud. Su cabello color lavanda ondeaba con el intenso viento que soplaba alrededor, pero su rasgo más llamativo sin duda alguna era su mirada, una mirada penetrante y fuerte, muy severa, lo cual era de extrañar en un individuo tan joven como lo era él. Parecía más bien la mirada de un guerrero experimentado, que había batallado mucho a lo largo de su vida o al menos, un guerrero que sabía lo que era luchar por sobrevivir. Un guerrero que, sin dudarlo por un instante, sería capaz de matar.

El misterioso adolescente clavó sus ojos azules en donde permanecían de pie ambos alienígenas. Su expresión estaba llena de odio, pero al mismo tiempo de decisión. Freezer imaginó que el muchacho no debía tener ni la más mínima idea de a quienes estaba encarando, pues sino su expresión hubiese sido una muy diferente, una más bien de terror y pánico, expresiones que por cierto el Lord Galáctico disfrutaba mucho en los rostros de sus víctimas, al punto que para él resultaba una sensación sumamente placentera.

"¿Se te ofrece algo, terrícola?" preguntó Freezer con indiferencia, aunque en el fondo ansiaba escuchar la respuesta que daría el insensato humano que cometía, sin saberlo, el error más grande de su vida.

El joven, sin dejar de posar su severa mirada en ambos alienígenas, se limitó a decir con calma pero determinación "He venido a matarlos a todos ustedes".